Por: Aron Engelhard, Rosh Jinuj Hanoar Hatzioni B’Perú

Este año Israel cumple 70 años. Puede parecer un corto tiempo para un estado, sin
embargo, dentro de este lapso de tiempo, Israel hizo más historia que ninguna otra nación
en el mundo. ¿Cómo es esto posible? Estamos orgullosos de que Israel sea una potencia
mundial a nivel de desarrollo tecnológico y educativo, el cual cada día sigue floreciendo
aún más. Sin embargo, ¿Cómo es que un país tan diminuto y aparentemente vulnerable ha
sido capaz de sobresalir en el medio oriente?
Es un hecho que las poblaciones más innovadoras, han alcanzado su esplendor a causa de
la necesidad e Israel no es ninguna excepción. Desde 1948, el estado se ha visto a la lucha
por su propia existencia, esto le llevo a la necesidad de romper los esquemas conocidos
hasta la fecha y convertirse en un estado revolucionario y respetuoso de su gente.
Lamentablemente, todo tiene un precio. Años de guerras y conflictos han dejado a Israel
con profundas heridas que ni el tiempo puede curar. Centenas de familias israelíes
solamente piensan en una cosa… La pérdida de sus hijos, soldados que dieron sus vidas por
el bienestar y existencia nuestro pueblo en nuestra tierra. Gracias a estas nobles personas
es que Israel es nuestro país y lo seguirá siendo. Si quisiera hablar del pasado de cada uno
de los valientes guerreros probablemente estas palabras no acabarían nunca. Es por esto
que cada año reciben el honor de todo el pueblo judío, el cual recuerda a sus hijos y
mantiene viva su memoria.
Yom hazikaron es un día realmente importante. Se recuerda en todas partes del mundo la
fuerza y valentía de cada uno de nuestros hermanos, los cuales no se encuentran entre
nosotros el día de hoy. En Hanoar Hatzioni, vemos este día como uno de los más solemnes
de nuestro calendario, pero… ¿Por qué?
Nuestra Tnua, desde su creación, luchó por la libertad del pueblo judío y su retorno a
Israel, su hogar nacional. Muchos de nuestros javerim decidieron ser actores principales en
la concreción de este sueño y lo hicieron de diferentes maneras, incluso algunos de ellos
forman parte de nuestras actuales fuentes de inspiración, personajes que cristalizaron
nuestros ideales y nos volvieron un movimiento sólido. Lamentablemente, algunos de
ellos dieron sus vidas para que hoy las nuestras estén seguras en casa y es un orgullo para
mí, poder llamar a Israel de este modo.
Con estas palabras quiero agradecer a todos aquellos que nos cuidan día a día, arriesgando
sus vidas y permitiendo que el mayor anhelo del pueblo judío siga siendo una realidad. Por
esto es que cada año recordamos y honramos, siempre con la esperanza de no tener añadir
más nombres a nuestros rezos.
Jazaak ve Ematz

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