Por: Vanina Bazaga – Rosh Jinuj Olam Beiajad, Argentina
“Y Dios defendió a nuestros padres y a nosotros. No solamente uno se levantó contra nosotros para destruirnos.
En cada generación muchos se levantaron contra nosotros para destruirnos. Y Dios, Bendito Sea, nos salvó de su mano.”
(VEHÍ SHEAMDA)
Nos encontramos en Pesaj, una festividad sumamente importante para nuestro pueblo, de la
cual podemos rescatar y aprender muchísimas cosas. Es en este momento del año en el cual
realizamos el o los sedarim (dependiendo de si nos encontramos en Israel o en la diáspora) y
compartimos en familia la historia de cómo los hebreos lograron liberarse de las garras de los
egipcios y encaminarse hacia la libertad. Desde ese entonces, cada uno de nosotros como
judío lleva todas las salidas de Egipto corriendo en sus venas. Y me refiero a “las salidas de
Egipto”, en plural, por todos los pueblos que nos sometieron a lo largo de la historia. Sin
embargo, nosotros pudimos escaparnos, logrando miles de años más tarde nuestra autonomía
política, religiosa y cultural con la creación del Estado de Israel.
Sin lugar a duda, somos un pueblo que busca constantemente la libertad, y es por eso que les
propongo que este Pesaj, para poder aprovechar este momento de manera diferente, estemos
más conscientes de nuestra rebeldía y capacidad. ¿Qué hacemos y para qué? ¿A dónde
queremos llegar? ¿A dónde queremos llevar a nuestros janijim? ¿Qué es eso que te está
molestando hoy? ¿Qué vas a hacer para cambiarlo?
Para eso, en este artículo quiero plantear la siguiente pregunta: ¿Cómo puede ser que un
pueblo que durante cientos de años vivió esclavizado, confió en un D’s sin nombre ni forma y
decidió alejarse de su realidad encaminándose a un rumbo desconocido? Es verdad, esto no
fue de un día para el otro, y no todo el pueblo logró salir de Egipto, varios quedaron atrás,
entre ellos los que no tenían fe en la libertad, por ejemplo. No todos lograron tener fe, ni en
ese momento ni hoy en día. En la actualidad todos conocemos el concepto de “salir de la zona
de confort”, que hace referencia a dejar todas nuestras comodidades, salir de lo conocido para
enfrentarnos a una realidad nueva y desconocida. Esto no es nada fácil, pero sin embargo es a
lo que nosotros como “Tnuat Noar” apuntamos con nuestra educación, la cual está
directamente relacionada con la jalutziut, el pionerismo. En cada espacio, en cada peula, en
cada evento de la familia Hanoar Hatzioni, impulsamos y educamos hacia “nadar contra la
corriente”, ser rebeldes, no conformarnos. Esto no es algo común, mucha gente prefiere
quedarse donde está, sin embargo, es nuestro deber como líderes judeo-sionistas luchar por
nuestros valores y transmitir este compromiso de accionar a las futuras generaciones.
En este seder de Pesaj, seguramente todos cantemos la famosa canción “Daieinu” (“Nos
hubiera bastado”). Esta canción hace referencia a la ayuda que nos dio D”s en la salida de
Egipto, expresando que nos hubiera sido suficiente su más mínimo socorro, pero aun así Él
siguió ayudándonos, y por eso le agradecemos. Este año, les sugiero pensar un nuevo enfoque
para esta tradicional canción: “Lo Daieinu” (“No nos bastaría”). Porque como javerim de Tnua
no debemos conformarnos, debemos aspirar a buscar más, a hacer más, a llegar más lejos. ¡No
nos quedemos en el molde! ¡la zona de confort no tiene desafíos, enseñanzas, crecimientos!
¡Quemémonos la cabeza buscando salidas de Egipto! ¡Que no nos baste con lo que ya hicimos,
sigamos luchando, sigamos pensando, sigamos cambiando!
Nuestra libertad está en nuestras manos.
Jag Sameaj!