Débora Landman, Rosh Jinuj de Tnuá Centro Juventud Sionista B’Argentina

Cuenta la historia de nuestro pueblo que antes de entrar a la tierra de Israel después de la
salida de Egipto, se enviaron 12 espías para ver la situación, el territorio y las personas que
en aquel tiempo la habitaban. De esos 12 espías, 10 llegaron con malas noticias,
provocando pánico y terror entre la gente. Di-s se enojó con ellos y ahí fue cuando decidió
que aquellos judíos, que habían vivido la esclavitud, no estaban listos para entrar a Eretz
Cnaan. Cada 9 de Av durante 39 años, muchos judíos morían a causa de este castigo
impuesto por Di-s. En el año número 40, llegó el 9 de Av y los últimos representantes de la
“vieja generación” esperaron perecer, como había sucedido años anteriores, pero nada
pasó. El Pueblo Judío entonces pensó que tal vez se habían equivocado al contar los días y
por ende aguardaron día tras día a que llegue el correcto. De tanto esperar, llegó Tu be Av
(el día 15). Al ver Am Israel la luna llena, se dieron cuenta que el día 9 ya había pasado,
que estaban todos vivos, y que Di-s los había perdonado. Esta es una de las razones por las
cuales Tu be Av es un día festivo para el pueblo judío. A lo largo del tiempo se fue
modernizando y creando nuevos significados para celebrar este día. En la actualidad se lo
conmemora como el día del “amor”, muchas parejas aprovechan este día para casarse.

Creo que para nosotros como educadores es importante destacar y reflexionar en este jag
sobre los valores de amistad, de poder crear lazos sociales, y de unión, principalmente
entre nuestras Tnuot, nuestras comunidades y el Pueblo Judío. En este sentido, creo que
un ejemplo de la puesta en práctica de estos valores que hemos mencionado anteriormente
es la Familia Hanoar Hatzioní. A través de diferentes espacios que nos brinda la Tnuá
(majanot, majonim, continentales, Shnat Hajshara, etc.) hemos aprendido a centralizarnos
en aquellos elementos que nos unen y hacen familia mas que en aquellos que nos
diferencian y nos hacen particulares. A base de compañerismo y amistad hemos
comprobado que la Familia Hanoar Hatzioní es un gran ejemplo de que la unión nos
fortalece.
¡Sigamos así! Jag Sameaj!

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