Dugma Ishit
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Madrijim y madrijot son el pilar sobre el cual se basa nuestra estructura educativa. Es el ejemplo personal de nuestros madrijim, madrijot, bogrim y bogrot, el cual otorga fundamentos éticos a nuestra tarea como educadores. De ello se desprende que todo javer activo en la Tnua deba ser consecuente y coherente con su mensaje ideológico y educativo.
Nuestra aspiración es mostrar al joven el mundo en toda su amplitud y complejidad, seguros que al conocerlo y estudiarlo sabrán valorarlo correctamente. La orientación de nuestra educación tiende a despertar en nuestros javerim una apreciación crítica de la sociedad y a transformarlos en seres capaces de asumir posturas independientes.
Nuestra fe en el ser humano, en su capacidad de capacitarse, corregir y perfeccionar su camino, junto a nuestra profunda convicción respecto de la escala de valores de la Tnua, son los factores que, en nuestra opinión, nos otorgan el derecho a educar.
La senda del Hanoar Hatzioni conduce al constante cultivo de la personalidad del janij como persona íntegra. Esta integridad interna está compuesta por cuatro dimensiones: Humana– Judía – Sionista – Jalutziana. Estas dimensiones cristalizan en el momento culminante del proceso educativo: la Hagshama Atzmit, meta que estimula la acción individual y conjunta de nuestros javerim.
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