Romi Morales
¿Qué tienen en común una bandita elástica, una cebra y la Tnua? En un primer momento, podríamos pensar que no hay nada que una estos tres elementos. Sin embargo, cuando comprendemos la esencia de cada uno, vemos que en la Tnua pueden presentarse dos tipos de paradigmas de administración y liderazgo: el paradigma de la bandita elástica y el cebra.
El paradigma de la bandita dice así: si yo tomo una bandita elástica en su estado natural, ésta tiene el potencial de extender sus límites, pero éste no está en uso todo el tiempo. Sólo cuando una fuerza externa lo exige, la bandita expande sus límites normales, se estira y flexibiliza de manera muy ágil para permitir un uso apropiado de todo su potencial y así dar respuesta a las necesidades del contexto. Sin embargo, una vez que la fuerza externa deja de actuar, la bandita instantáneamente vuelve a su estado “natural”. Esto es lo evidente, típico y esperable. Pensamiento de este estilo busca achicar al máximo el riesgo y, por ende, da respuestas tradicionales y conocidas a las exigencias del entorno.
Por el otro lado, está el paradigma Cebra. Digamos que un campesino decide cruzar un caballo negro y una yegua blanca. Si tuviésemos que predecir el color del potrillo, algunos dirían: a) el potrillo será negro, b) el potrillo será blanco, c) el potrillo será blanco con manchas negras, d) el potrillo será negro con manchas blancas. Eso es lo evidente, típico y esperable que cualquier persona responda (pensamiento bandita elástica). Sin embargo, alguien que quiera desafiar lo evidente, podría salir de lo obvio, sorprender, traer una respuesta que rompa con los esquemas conocidos, incluso si eso significa dar respuestas que al principio suenen locas. Por ejemplo, e) Blanco con rayas negras o negro con rayas blancas, como una cebra. Pensamiento de este estilo, lo llamaremos “Pensamiento Cebra” y se basa en dar respuestas diferentes a preguntas, dilemas, desafíos “típicos” (o no tanto) que surgen a nuestro alrededor.
En esta etapa en la que se encuentra la Tnua, estamos frente a una encrucijada: Pensamiento de la bandita elástica o Pensamiento Cebra. Esto se da ya que la Tnua ha tenido que salir de su zona de confort, estirar sus límites y flexibilizar sus estructuras para dar respuestas efectivas y más relevantes al contexto que surgió como consecuencia de la pandemia de Covid, mientras se espera a que las cosas “vuelvan a la normalidad”. Sin embargo, esto no es más que una ilusión. No podemos “volver” a la normalidad, porque no es posible volver al pasado y porque “la normalidad” que supimos conocer ya no existe de tal manera. La situación cambió, nuestros janijim y janijot cambiaron y también nosotros lo hemos hecho. Cuando entendemos que verdaderamente no existe la posibilidad de “volver a la normalidad” y que, en todo caso, lo que estaremos haciendo es caminar hacia una fase nueva en la historia (general y tnuati), entonces, entendemos que el paradigma de la bandita elástica es muy cómodo, pero muy poco efectivo también.
Es decir, es verdad que ante la inexistencia del estímulo externo (pandemia) la bandita (Tnua) vuelve inmediatamente a la zona de confort (época pre corona), y esto suena feliz. Sin embargo, si observamos la situación detenidamente, vemos que esto supone un regreso automático, instintivo, poco pensado, pues no da el tiempo de llevarnos con nosotros los aprendizajes, lecciones y enseñanzas que adquirimos en el pasado para utilizarla en el futuro.
De ahí la importancia del Pensamiento Cebra: Seguir dando respuestas “viejas”, “esperables”, “típicas”, a problemas nuevos, no solo que no es efectivo, eficiente y/o productivo; dar respuestas viejas a problemas nuevos es la mejor manera de desgastarnos, frustrarnos y desmotivarnos y esto, es lo último que necesitan nuestros tzvatim en la Tnua hoy en día. En este sentido, tal vez, llegó el momento de hacer aquello que va en contra de lo natural, en contra de lo habitual, hacer lo extraordinario.
“Pensamiento Cebra”, en resumen, es una invitación a las personas que lideran la Tnua. Una invitación a bien venir y abrazar la frase “no es lo que esperabas (¡y eso está muy bien!)”. Es una invitación a aprender de las experiencias personales y colectivas en la época de la pandemia en el marco de la Tnua y aplicar esos aprendizajes para ofrecer una vivencia más significativa, relevante y feliz para todos. Es una invitación a ver las cosas que perdimos, pero, sobre todo, ver todos los conocimientos, saberes, habilidades y destrezas que ganamos. Es una invitación a ver los intentos que no salen como esperábamos como aprendizajes y no como fracasos y, por ende, una invitación a arriesgar para ganar. Es una invitación a dejar de mirar con miedo a la incertidumbre y empezar a ver con curiosidad a la vida y todas las oportunidades que nos regala para sorprendernos. Es una invitación a tomarnos un tiempo para frenar, mirar para atrás, analizar nuestros aciertos, nuestras fortalezas, los tropezones, las caídas, los pozos en los que hemos caído y los que hemos logrado esquivar. Una invitación a mirarnos a nosotros mismos, a los que supimos ser, en los que devenimos. Pensamiento Cebra es una invitación a todo eso para luego soñar en grande. Y más importante aún, hacer nuestros sueños realidad, incluso si no será de la manera esperada.
El pensamiento Cebra es el paradigma alternativo que surge para liderar la Tnua. Alevai lo tomen, lo abracen y lo disfruten y hagan con él hago nuevo, diferente y sorprendente; algo que apasione, que emocione y que revolucione la forma de entender y vivir la Tnua. Después de esta época tan difícil en la que muchos esperan con ansias un poquito de esa magia para reencontrarse con la Tnua, que mejor que confiar en quienes la lideran para cumplir con ese hermoso deseo.
Behatzlaja y Jazak Ve’Ematz!