LIDERAR DESDE ATRÁS, PARA GUIAR HACIA ADELANTE

Pastoral Scene (1858) Asher Brown

Por: Romi Morales

Vaieshev nos presenta a Yosef, un joven que enfrentó increíbles desafíos mientras cultivaba los fundamentos de su liderazgo[1]. Yosef era pastor, y aunque esta profesión hoy puede parecernos lejana, esconde lecciones profundas sobre lo que significa guiar a otros. En este artículo, veremos cómo los valores que aprendemos de Yosef resuenan en el rol de los madrijim y madrijot en la Tnua: liderar no desde la imposición, sino desde el acompañamiento; liderar no desde el control, sino desde la inspiración.

Pastor, profesión de líderes.

Cuando pensamos en “liderazgo”, imaginamos a un líder fuerte delante de todos y que con su carisma empuja al resto a seguir su camino. Si bien esto es cierto, ser pastor ofrece una dinámica de liderazgo no menos valiosa o efectiva: liderar “desde atrás”. Yosef fue pastor, al igual que muchos otros lideres de nuestro pueblo de la etapa bíblica (Abraham, Yaacov, Moshé, etc.). Como pastor, Yosef sabía que, si lidera desde adelante, el rebaño podría no seguirlo: algunas ovejas no avanzan a su ritmo, se distraen o necesitan descansar, prioridades distintas a las del líder que visiona y ansía llegar a la meta soñada. Por ende, el pastor para liderar no solo debe guiar, sino que principalmente debe acompañar. Muchos aspectos del liderazgo pastoral tanájico se reflejan también en nuestra práctica educativa tnuati. La relación entre el líder pastor y el líder educador es estrecha, rica e interesante y nos permite aprender valiosas lecciones para usar a la hora de educar. Veámoslo juntos qué más podemos aprender de este tipo de liderazgo para potenciar nuestra práctica educativa tnuatit.

  1. A veces es mejor no ir adelante, sino guiar desde atrás correctamente.

Así como el pastor no obliga a su rebaño a seguirlo, sino que, desde atrás, canaliza las energías para que éste llegue a destino, también en educación es importante que educadores creen las condiciones para que los grupos elijan el camino que hemos decidido recorrer junto, por y para ellos. En base a este principio, vemos como en la Tnua, madrijim ofrecen un sinfín de oportunidades para que los janijim se interesen en aprender y crecer a partir de la vivencia tnuatit. Este proceso educativo es el que, hace 100 años elijen generaciones de javerim como sendero formativo, no por imposición u obligación, sino por voluntad y libre elección.

En el marco de la Tnua “guiar correctamente” no es adoctrinar, no es elegir el camino por nuestros janijim. Guiar desde atrás, en la Tnua, supone creer profundamente que nuestro camino es el mejor sendero que podemos regalar a nuestros javerim para que crezcan y se desarrollen como seres humanos íntegros. Guiar como un pastor en el marco de la Tnua, supone educar en el sentido más amplio y profundo de la palabra para que al llegar el momento, los janijim decidan convertirse en líderes del futuro. Pero, sobre todo, guiar desde atrás es lo que nos permitirá garantizar que podamos ofrecer una educación respetuosa que abrace el principio que ofrecen nuestras fuentes: “Educa al joven según su propio camino”.

  • Prestar atención a lo individual, sin olvidar lo grupal.

El pastor cuida a cada oveja, sin perder de vista que su misión es guiar desde atrás para que todo el rebaño llegue junto al destino final.

En educación éste es un gran desafío en términos de liderazgo y dinámica grupal. Por un lado, si la balanza se inclina hacia lo particular, podríamos ahondar en una educación que promueve el paradigma individualista. Por el otro, si la balanza se inclina hacia el grupo, caeríamos en educación totalitaria que anula al ser humano.

En la Tnua, los madrijim aprenden desde temprana edad a conocer a cada integrante de la kvutza, para acompañarlo y ofrecerle las herramientas que le permitan avanzar en su camino a su propio ritmo, al mismo tiempo que crean los procesos que consolidan una identidad grupal fuerte y sinérgica. Generar el sutil balance entre poner el foco en cada personas de la kvutza y al mismo tiempo crear una identidad grupal lo suficientemente firme como para que el mismo grupo empodere a los individuos y se (pre)ocupe de avanzar junto a pesar de las diferencias, es lo que nos caracterizan hace ya un siglo y en base a lo que deseamos educar por lo menos, 100 años más.

  • Cuidado sí. Sobreprotección no.

El pastor protege al rebaño de los peligros existentes, pero, aun así, incentiva a que éste avance en el camino. En este caso, liderar desde atrás, supone encontrar o crear un ambiente donde el grupo se sienta seguro y al mismo tiempo libre para explorar, crecer y descubrir, sin necesidad de depender de alguien que lo cuide. Igualmente, en la Tnua sabemos lo importante que es crear espacios seguros y libres de peligros para poder educar. Por ello, a través del ejemplo personal y la puesta en práctica de los valores sobre los que predicamos, madrijim y madrijot crean los espacios que la kvutza necesita para sentirse protegida y así pueda crecer y aprender. Lamentablemente, también somos conscientes que hay un mundo allí afuera el cual no podemos controlar. Por eso, frente a los desafíos, liderar desde atrás significa apoyar a los janijim para que enfrenten dificultades, sin resolverlas por ellos. Esto es lo que le permitirá a la kvuzta no sólo enfrentar retos, sino más importante aún, aprender de ellos. Cuidando sin sobreproteger, madrijim fomentan en el janij autonomía, seguridad personal y capacidad de aprender del mundo con independencia y prudencia. En la tnuá, el desafío es claro: proteger sin limitar, intervenir sin imponer.  Por eso, siempre hay que pensar: ¿Qué decisiones puedo tomar desde mi rol para respaldar a mi kvutzá ante un conflicto, sin resolverlo por ellos? ¿Qué valores quiero transmitir al guiar a mis janijim frente a situaciones desafiantes?

  • El pastor es el último del grupo, pero es el primero en saber a dónde ir.

Así como el pastor, el madrij lidera desde atrás, pero con una visión clara que le permite saber a dónde debe llegar al final de cuentas. Es en base a ese sueño colectivo, que madrijim y madrijot diseñan los procesos educativos que las kvutzot deben atravesar para adquirir los saberes que garantizarán acompañar al grupo hasta llegar al destino deseado con éxito. Si bien la visión es sumamente poderosa y fundamental en el ciclo educativo, ésta no anula la responsabilidad colectiva que tiene el madrij con la kvutza, ni la responsabilidad personal de ésta para con cada janij. En otras palabras: compartimos un sueño como movimiento juvenil, pero éste no cancela los sueños de las personas ni los grupos que lo conforman. De ahí que, nuestra Tnua sea la plataforma ultimativa a nivel ético, ideológico y práctico para que cada uno pueda desarrollar y explorar su potencial, asumiendo roles educativos y de liderazgo. Esta base es importante para consolidarse como ser humano íntegro, destino al que, como educadores, aspiramos que lleguen todos nuestros javerim en la Tnua

A modo de conclusión.

Yosef siendo pastor aprendió a cuidar su rebaño y entendió cuán importantes son la paciencia, el cuidado y la visión para liderar. En la Tnua estos valores resuenan en el liderazgo de los madrijim y madrijot, quienes eligen caminar detrás y guíar hacia adelante. Madrijim y madrijot son guías que inspiran, líderes que apoyan y educadores que a la vez que ponen en el horizonte la visión tnuati, trabajan incansablemente para que, en el proceso de alcanzarla, janijim y janijot, sin diferencia o favoritismos, encuentren al mismo tiempo su propio y auténtico destino. Tal vez estos temas nos suenen intranscendentales. Sin embargo, no debemos olvidar que estos aprendizajes que adquirió Yosef son los que, con el tiempo lo llevarán a realizar el pasaje de “un simple joven pastor” a uno de los lideres más poderosos y reconocidos de su época. Al aplicar estas enseñanzas en el Ken aseguramos un futuro de lideres listos para guiar a nuestro pueblo hacia adelante, incluso si es desde atrás.  


[1] Según el relato, Yosef era pastor. A sus 17 años, Yaacov le pide que vaya al campo a ver cómo están sus demás hijos. Cuando sus hermanos lo ven acercarse, por celos, conspiran para matarlo. Rubén, sin embargo, propone tirarlo a un pozo, para que cuando todos regresen a casa, él pueda volver a rescatarlo. Todos acuerdan y así lo hacen. Minutos después, Yehuda ve una caravana que se dirige a Egipto y sugiere a sus hermanos vender a Yosef como esclavo en vez de que muera en el pozo. Todos escuchan a Yehuda, venden a Yosef y así es como él llega finalmente a Egipto. Lamentablemente, este es el principio del descenso de Bnei Israel a Mitzraim.

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