LA NARANJA EN LA KEARÁ DE PESAJ

Por: Diego Bieber

¿Han oído sobre poner una naranja en la Keará del Seder de Pesaj? Seguramente la gran mayoría de ustedes no. Para ser honesto hasta hace poco yo tampoco. Al parecer, esta tradición comenzó con la Dra. Susannah Heschel cuando después de una conferencia, un hombre se levantó para atacar furiosamente al feminismo dentro del judaísmo, diciendo que “una mujer parada en una bimá de un Beit Kneset es como una naranja en la Keará de Pesaj”. Desde ese día, como muestra de apoyo a las mujeres en la vida judía, muchas personas decidieron comenzar a poner una naranja en sus mesas de Pesaj. Sorprendentemente, con el tiempo, el simbolismo de esta naranja dejó de estar relacionado con este ejemplo puntual y se amplió para transformarse en un elemento que simboliza la inclusión de todas las personas que no se sienten representadas de alguna u otra manera, dándoles así de alguna manera el lugar que se merecen dentro de la mesa de Pesaj, en forma simbólica, y dentro de Am Israel de manera fáctica.

¿Y por qué traigo este cuento hoy?

Pesaj es el Jag de la liberación, en el que agradecemos por nuestra propia liberación nacional. Al mismo tiempo es una oportunidad para prestar atención, observar a quienes nos rodean e intentar ayudar especialmente a aquellos que no son libres, que aún están “encadenados”.

Como sabemos, nuestro pueblo fue esclavizado y fuimos liberados con el brazo extendido de Dios. Pero Dios no actuó solo. Dios necesitaba (y aún necesita) a los humanos como aliados para hacer realidad la liberación. Por eso es tan importante que en este jag nos preguntemos: ¿A quién nos estamos acercando hoy a ayudar? ¿Quién necesita ese brazo extendido y mano abierta? ¿Qué nuevos símbolos o rituales podemos traer al Seder para ampliar el significado del Jag de manera que nos permita ser más conscientes de las necesidades del otro en la actualidad?


Nosotros, Javerim del Hanoar Hatzioní, donde el humanismo y el pluralismo se presentan como principios fundamentales, tenemos el deber de educar a nuestros janijim para que sean sensibles a estas preguntas y activos en la búsqueda de respuestas a la “esclavitud del Siglo XXI”, cualquiera sea la forma que ésta tome. Es nuestro deber como educadores del Hanoar Hatzioní y como agentes de cambio que queremos ser, aprovechar cada momento para marcar la diferencia; intentar transmitir la esencia del Jag Pasaj, incluso con un simple símbolo diferente, que llame la atención y nos obligue a ir más allá del Seder tradicional y la historia
que sucedió hace miles de años en el lejano Egipto, para centrarnos unos minutos en los “esclavos” de hoy en día y nuestro lugar en la tarea de “liberarlos”.

Depende de cada uno de nosotros encontrar el significado que le queremos dar a nuestra “naraja en la Keará de Pesaj” y poder transmitirlo a las personas que nos rodean…porque como dice en la Hagada de Pesaj: “Ve jol dor va dor jaiav adam lirot et atzmo keilu hu itza mi mitzraim” (en cada generación debemos mirarnos a nosotros como si hubiésemos salidos nosotros mismos de Egipto”).

Jag sameaj!!!

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