La dicotomía de nuestra educación

Por: Valeria

Provengo de la Comunidad Israelita Sionista de Costa Rica, una comunidad extremadamente chica, con tan solo 2500 miembros, sin embargo una comunidad con una cultura sionista y pro-israeli impresionante. Hanoar Hatzioni forma una parte integra de nuestro tarbut comunitario, la mayoría de los miembros pasaron ellos mismos por la tnua, o sus hijos forman parte de nuestro movimiento. Sin embargo, como ticos, crecemos con una dicotomía inmensa, una dicotomía que según he descubierto este año compartimos la juventud sionista de la mayoría de América Latina.

Para poder empezar a hablar de dicha dicotomía, es importante entender la dinámica con la que vivimos los jóvenes judíos sionistas en la diáspora principalmente en Costa Rica y en las comunidades chicas y cerradas de Latinoamérica. En general vivimos como aquellos que habitan un hotel, tenemos nuestras casas, empresas, y vidas en nuestros países, sin embargo intentamos mezclarnos lo menos posible (como diríamos en Costa Rica: juntos pero no revueltos).

Con lo anterior me refiero a que mantenemos nuestras vidas sociales, nuestras vidas privadas dentro de las paredes del ghetto mental que constituye nuestra comunidad. Los hijos, somos enviados a colegios judíos, limitando nuestro contacto con los jóvenes no judíos al máximo, pertenecemos al club deportivo judío, y al llegar a la edad de 10 años nos unimos al Hanoar Hatzioni, así completando el cerco de protección alrededor nuestro.

Nuestras infancias y adolescencias son vividas dentro de este mundo, realmente no desarrollamos un vinculo real con la sociedad “tica” por que no somos miembros verdaderos de la misma, no formamos parte de las actividades nacionales, no nos sentimos identificados como parte del pueblo. Nuestra educación en su abrumadora mayoría, corresponde a construir nuestras identidades judías y sionistas. Todos los mecanismos anteriores, son mecanismos de protección a los que nuestros padres acuden en la lucha contra el enorme monstruo de la asimilación, e incluso a pesar de nuestro encierro mental, siempre hay aquellos rebeldes que intentan escapar.

Es aquí donde Hanoar Hatzioni juega su rol principal, a pesar de ser en muchas instancias un mecanismo mas de protección comunitaria, una forma mas de procurar la continuidad de nuestro pueblo, al llegar a la bogrut la tnua nos permite encontrarnos con otros jóvenes, jóvenes como nosotros, jóvenes que comparten nuestra ideología -ideología que en la mayoría de los casos no sabemos que tenemos- sin embargo, jóvenes que vienen de realidades radicalmente distintas a la nuestra, pero con quienes podemos encontrar muchísimos puntos de contacto. Son estos otros jóvenes los responsables por abrir nuestros ojos a un mundo distinto, mas grande. Los encuentros continentales son el inicio de la apertura de nuestros ojos a un mundo con fronteras mas amplias.

Luego de estos encuentros, majonim continentales, continuamos nuestro paso por la tnua, nos transformamos en madrijim, en educadores, la comunidad pone en nuestras manos el peso de formar las mentes de su futuro (sin siquiera realizarlo ellos o nosotros) moldeamos a nuestros janijim de la misma forma que nuestros madrijim lo hicieron con nosotros, hablamos constantemente del judaísmo, de lo que significa ser judío, montamos a Medinat Israel sobre un pedestal, hablando constantemente de NUESTRO país, así nos referimos a el, como mío y tuyo; aunque en muchos casos ni siquiera lo conocemos, no existe el concepto de criticas a este gigante enano benevolente que promete y garantiza nuestro futuro. Hablamos de Aliá de la misma forma en la que nuestros madrijim hablaron a nosotros, como un ideal utópico inalcanzable, una meta ideológica hermosa que no debe ser alterada ni realmente lograda.

Es aquí que realmente hablamos de esos jóvenes rebeldes y de la dicotomía de nuestra educación, existen en nuestra comunidad jóvenes que se sienten abrumados por la cerca mental que los rodea y buscan escapar, en ese momento encuentran el mismo dilema que Hertzl intentó solucionar mas de 100 años atrás: asimilación o Aliá, aquellos que escogen la primera son renegados, rechazados y mantenidos como el ejemplo perfecto de por que debemos ensimismarnos cada vez mas.

Lo que la comunidad de Costa Rica no ha entendido, a pesar de las enseñanzas de Hertzl y todos los que lo siguieron, es que tarde o temprano todos se van a enfrentar a esta encrucijada; tarde o temprano sus hijos, nietos o tataranietos no van a encontrar su lugar en el delicado e inestable tejido que forma nuestra comunidad y se van a refugiar en la asimilación, sin importar que tan alto construyamos los muros.

Es en este punto que me pregunto qué me hace sentir tan certera con respecto a la asimilación, en este caso retomo mi punto que somos como aquellos que viven en hoteles, al vivir tanto tiempo, no importa que tanto intentemos aislarnos, la morada se transforma en nuestro hogar, a pesar de sentirnos como extraños por tanto tiempo, nos identificamos con la cultura, con las tradiciones, con los deportes, nos convertimos parte del pueblo en alma y no solo en la cédula de identidad. Al llegar a este punto la asimilación es solo una cuestión de tiempo, por que una vez que nos sentimos parte de este país nos damos cuenta que realmente no somos diferentes a los otros ticos, que tal vez ser judío es solo una religión, entonces por que no casarme con la vecina? Aunque su apellido sea Pérez y no Rochwerger?

Luego esta el segundo tipo de rebelde, aquel para quien su educación comunitaria fue tan fuerte que su identidad judeo-sionista es la que lo sostiene y lo guía. Este segundo tipo de rebelde también se siente disconforme con las paredes que rodean su vida, con los limites que le fueron establecidos, después de todo… es un rebelde. Pero es el quien abrió sus ojos en los encuentros continentales, el vio el mundo grande y vasto que hay mas allá; es nuestro rebelde el que no escucho los mensajes escondidos en cada peula de Aliá que intentaron decir que se trataba de una utopía, un sueño irreal. Es este joven el que hoy vive atrapado en una dicotomía.

La dicotomía de ser miembro de una comunidad que nunca lo va a rechazar abiertamente por escoger la Aliá –después de todo lo educamos a esto, ¿cierto?-, sin embargo tras puertas cerradas todos los lideres se preguntan como puede irse, como puede empacar las maletas, como puede dejar todo lo SUYO, todo lo NUESTRO, para irse a ese país, que siempre va a ser de todos (claro esta) pero de igual manera no pueden entender que quiera irse, si ahí hay guerra, si es peligroso, si esta saliendo de las murallas que tan herméticamente fueron construidas a su alrededor.

Es el –o la- joven que vivió con esta dicotomía que viaja a Shnat Hajshara (al igual que el resto de su kvutza) y es al llegar aquí que inicia a cuestionarse todo eso que en su comunidad siempre tuvo demasiado miedo de siquiera pensar. Aquí se da cuenta que incluso el mundo que le pareció tan vasto en los Majonim Continentales es solo una gota de lo que esta a su alcance en este país. Es así que nuestro joven rebelde ve por primera vez la terrible dicotomía con la que siempre creció.

El año de cuestionamientos llega a su ocaso, empacar las maletas para ir donde? A casa? Donde es eso? Si su casa no es esta, si su tierra no es esta, si su mundo no es este, entonces cual si es? Si allá nunca se sintió completo, pero acá va a estar solo, adonde regresa? De donde se va? Si lo cuestiona a su tnua, la respuesta es clara, quédate, vuelve, no importa que, este siempre es tu lugar. Pero si se lo cuestiona sus amigos y familia escucha la duda en sus voces cuando le responden, ve el escepticismo en sus ojos cuando lo cuestionan sobre sus planes, Que piensa hacer? Cuando va a volver?, escucha las preguntas verdaderas que ni siquiera ellos saben que preguntan: Como se va? Como puede irse?

Esta es la trágica dicotomía con la que nuestro joven rebelde se ve obligado a vivir, por que seguir su educación es ir directamente en contra de esa misma educación. Es por esa misma razón que nuestro joven rebelde quiere que ningún otro joven viva esta dicotomía, por que al vivirla en carne y hueso sabe que no hay respuesta correcta, que su mente y su alma son una contradicción constante.

Ahora, finalmente hablamos de educación. Me pidieron un articulo de educación, y pensé en cientos de temas de los que podía escribir , sin lograr alcanzar una decisión, pero no fue hasta que las palabras empezaron a formarse por si mismas que supe la respuesta, solo podía escribir de la educación que vivo en este momento. Este articulo no es sobre la dicotomía de la educación de Costa Rica, es sobre lo que significa ser sionista en este mundo. Sí, probablemente es mas difícil para un tico armar sus maletas y hacer Aliá que para un Uruguayo, pero las preguntas internas, la batalla que lo consume, las dudas que lo acosan son las mismas.

Hace 80 años los primeros jalutzim empezaron a hacer Aliá a un desierto desolado, a secar los pantanos y morir de malaria, a reconstruir las degradadas ciudades. Esto no significa que la decisión de nosotros, los jóvenes del 2013, sea menos compleja. Nuestra educación sionista siempre nos va a guiar en una dirección, siempre va a intentar traernos a casa; pero para algunos (la mayoría), las maletas y el pasado pesan mas, y eso está bien; es por ello que en cada comunidad, sin importar la altura de sus murallas o lo hermético de sus pensamientos, surgen jóvenes rebeldes del segundo tipo, o como yo prefiero llamarlo, jalutzim del 2013.

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