ESTAR DISPUESTOS A PAGAR EL ALTO PRECIO DE LA LIBERTAD

Romi Morales

Parashat Bo, relata los acontecimientos que suceden alrededor de las ultimas tres plagas, previo a que Bnei Israel salgan de Egipto. A pesar de la gran importancia que tiene este momento fundacional en la historia de nuestro pueblo, el mismo sólo fue vivenciado (según diferentes interpretes) por un 20% de Am Israel. Pero: ¿Qué sucedió con el 80 por ciento restante? ¿Por qué eligieron la esclavitud por sobre la libertad? ¿Qué mensajes nos deja esto a quienes deseamos educar a las futuras generaciones para que elijan ser libres? Sobre el desafío de estar dispuestos a pagar el alto precio de la libertad hablaremos a continuación. ¡Empezamos!

Pagar el precio de enfrentar la incertidumbre

Muchos sostienen que gran parte de Am Israel no creía que liberarse de los egipcios fuera realmente posible. Incluso los más optimistas se cuestionaban si lograrían sobrevivir en el desierto después de superar este primer obstáculo. Lamentablemente, para muchos de ellos, la esclavitud más que física fue principalmente mental. La frase popular: “Es mejor malo conocido que bueno por conocer”, condensa así la conducta del 80 por ciento de los hebreos de la época. La resignación y la desesperanza de les presentó como más rentable que enfrentar la incertidumbre de lo que podría ser un futuro mejor. Es que liberarse de los miedos que nos atan al pasado, por supuesto, no es sencillo. Supone pagar el precio de salir a lo desconocido, a la zona donde los miedos son muchos, pero las oportunidades de crecimiento lo son aún más, incluso cuando aún no podemos visualizarlas.

Y aquí, vale la pena preguntarnos: ¿Qué diferencia al 20% que sí abraza la incertidumbre del 80% que no? ¿Cómo podemos asegurarnos que, ante situaciones de opresión nuestros niños y jóvenes actúen con el 20%? De acá aprendemos que la educación juega un rol crucial. A través de ella, es posible ofrecer herramientas para que las personas elijan y consigan acceder a una vida de y en libertad. Para ello, sin embargo, debemos asegurarnos de incorporar en nuestras prácticas educativas elementos que fomenten y refuercen la autoconfianza, la valentía y el coraje, entre otros. Estos elementos, para que puedan ser profundamente efectivos y relevantes, no deben presentarse meramente de manera discursiva, sino que deben estar anclados en un profundo y autentico sentimiento de competencia personal, basado en la adquisición real de los mismo.

De ahí que, estructuras como los movimiento juveniles sean tan importantes. El hecho de que, desde edad temprana, las Tnuot ofrezcan a las y los jóvenes la posibilidad de asumir roles, responsabilidades y tareas del “mundo adulto”, es lo que les permite probar(se), desarrollarse y explorar su potencial en áreas como toma de decisiones y habilidades para superar obstáculos. Así mismo, es esencial también, desarrollar habilidades como pensamiento crítico, derecho a la duda y la tendencia al diálogo, a fin de que generar en ellos el hábito de cuestionar paradigmas y dogmas que se les presenten como verdad única y ultimativa. Estas habilidades y destrezas son las que les brindará a nuestros niños y jóvenes la libertad de soñar con diversas posibles realidad, incluso cuando estas parezcan lejanas o irreales.

Pagar el precio de sentir la incomodidad

Las últimas tres plagas exigieron de Am Israel salir de una postura pasiva y adoptar una conducta mucho más proactiva. Hasta ese entonces, las plagas afectaban principalmente a los egipcios y esto no demandó ninguna acción concreta por parte de los hebreos para garantizar que el proceso de salida a la libertad se efectivice. Para acceder a la libertad, no es suficiente con querer. Es necesario actuar en pos de ello. Es verdad que, a veces, fuerzas externas pueden ofrecernos acompañarnos en el camino hacia la libertad, pero lo cierto es que el proceso de liberación lo debe hacer y transitar cada uno personalmente.  ¿Qué motiva a algunos a querer realizar ese proceso y a otros a desviar la atención y adaptarse a las condiciones? Nada más ni nada menos que la sensación de incomodidad.  Sólo en el momento que ésta es percibida, las personas sienten la urgencia de cambiar la situación en la que se encuentran. Tal vez, esto explique por qué solamente un 20 por ciento de Am Israel efectivamente eligió salir de Egipto, mientras que el 80 por ciento restante, no.

En términos educativos podemos preguntarnos: ¿Qué podemos ofrecer a nuestros jóvenes para que, ante las posibles situaciones de incomodidad que encontrarán en sus vidas, logren transformar las energías que ésta genera para moverse hacia una situación mejor y no queden presos de la realidad en la que se encuentra?

En mi humilde opinión, creo que algunos de los elementos que deben estar presentes en nuestras organizaciones educativas son: apertura al aprendizaje, desarrollo de la creatividad y tendencia a la innovación. Cuando hablamos de apertura al aprendizaje, nos referimos al desarrollo de la actitud de curiosidad constante, deseo de adquirir nuevos conocimientos que permitan ampliar horizontes y la habilidad de reconocer que cada experiencia es una oportunidad para crecer. La apertura al aprendizaje es lo que permitirá al final de cuentas que la presión que genera la incomodidad sea transformada en motivación para seguir creciendo. Para que esto sea necesario es importante fomentar con nuestra práctica educativa la creatividad y la innovación. Al encontrar formas originales de superar las barreras a la libertad, tanto internas como externas, las probabilidades de querer enfrentar la incomodidad para ser libres serán mucho más altas.

Pagar el precio de liderar

El proceso que transcurre entre la primer plaga y la última, según explican algunos sabios, se extiende por lo menos a lo largo de 12 meses. En esta etapa Moshe y Aaron acceden a pagar el precio de liderar el proceso de ayudar a Am Israel a abandonar la mentalidad de esclavitud y acompañarlos a visualizar una realidad nueva llena de libertad. Sin embargo, para que esto fuese posible, primero debieron comprender que la libertad no es solo un derecho, sino también un compromiso con uno mismo y con la sociedad a la que uno pertenece. Al entender que la libertad no es un acto aislado, sino parte de una construcción colectiva es que es posible actuar en función del bien común y de los derechos de los demás, incluso cuando el precio sea sumamente alto.

Algunos elementos esenciales sobre los cuales podemos educar para que las futuras generaciones estén dispuestos a pagar el precio de liderar hacia la libertad son: solidaridad, empatía y sensibilidad. Desarrollar el reconocimiento y la valoración de la diversidad de experiencias y perspectivas en el camino hacia la libertad y actuar con compasión hacia quienes enfrentan obstáculos para ejercer la suya propia, son fundamentales para que nuestros jóvenes deseen ser personas que fomenten y aseguren la búsqueda de espacios donde haya disfrute de una total libertad y una clara denuncia cuando esta no esté garantizada. Estos valores, entre otros, están en la base de nuestro ADN Tnuati y, por ende, en la base de nuestra acción educativa.

Reflexión final

La libertad es tanto una elección como una construcción diaria. Educar para la libertad no solo implica enseñar habilidades técnicas, sino también cultivar el carácter, los valores y la visión de un mundo mejor. Una persona que desea ser libre necesita sentirse capaz de elegir y tener la confianza de que, incluso ante adversidades, puede superar los desafíos con resiliencia y propósito.

En el contexto actual, donde la sociedad israelí se pregunta qué precio estamos dispuestos a pagar para liberar a nuestros hermanos y hermanas secuestrados en Gaza, esta Parashat ofrece una reflexión. Frente a aquellos que temen tomar decisiones por miedo a lo que podría venir, frente a quienes esperan que otros asuman el liderazgo, y ante los que evaden la responsabilidad de las decisiones y sus consecuencias, se alza nuestra visión de un liderazgo basado en la humanidad, el judaísmo, el sionismo y la jalutziut. Enfrentando estas posturas, emergen en nuestra concepción filosófica de la educación la fuerza en el cuerpo y la valentía en el corazón. Todas estas premisas sobre las que educamos nos llevan a estar dispuestos a pagar el alto precio de la libertad, entendiendo que la libertad verdadera solo es posible cuando es colectiva: ningún miembro de Am Israel podrá ser auténticamente libre si esta libertad no es compartida y disfrutada por cada una y uno de nosotros.

Dedicado a todas las personas que lamentablemente aún hoy continúan secuestradas, sus familias y seres queridos que esperan con profundo dolor, con la esperanza de que pronto, finalmente, todas y todos vuelvan a sus hogares.

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