GUIA PRACTICA PARA MADRIJIM DE TNUOT NOAR

Romi Morales [1]

Introducción

Si bien es cierto que, gracias a las particularidades que presentan el vínculo madrij-janij/janij-janij, es bastante menos frecuente presenciar casos de bullying dentro del marco de la Tnua, lo cierto es que nuestros janijim si podrían verse expuestos a este fenómeno en otros marcos y situaciones, especialmente teniendo en cuenta las condiciones del contexto en el que viven.

Hace muchos años se utiliza la frase “una imagen vale más que mil palabras”. Hoy en día, nuestros janijim (niños y adolescentes por igual) viven en una época donde la imagen personal ha cobrado un valor desmesurado y en la cual, aquello que es verdaderamente importante (y por ende “invisible a los ojos”) ha quedado relegado a un plano periférico.  Mostrarnos fuertes, felices, hermosos, saludables, exitosos, o, en otras palabras, “perfectos” es la consigna implícita que motiva a muchos de nuestros jóvenes a actuar y quienes no cumplan con estos estándares, probablemente sufran las consecuencias sociales y personales. Paradójicamente, lo cierto es que todos se encuentran en la misma situación de vulnerabilidad y sobre-exigencia, puesto que, la perfección no existe, incluso si nos han hecho creer que sí.

Y en ese contexto de presiones y tensiones, en ese contexto de búsqueda personal, descubrimiento y construcción identitaria, con sus aspectos desafiantes y productivos y sus momentos destructivos también, estamos nosotros: madrijim y madrijot de tnuot noar y nuestro lugar en esta ecuación, es único y especial. Porque a diferencia de otros actores importantes en la vida del javer, los madrijim somos personas que nos encontramos cerca de nuestros janijim: cerca en edad, en forma de ver el mundo, en términos culturales y, más importante aún, cerca emocionalmente. Y cuando uno está cerca a nivel emocional, respetar al otro, empoderarlo y protegerlo si es necesario, no sólo es más sencillo, es también mucho más natural. Cuando nos conectamos y nos acercamos a nuestros janijim, lo buscamos, lo llamamos, lo invitamos a ser parte. No nos da lo mismo que esté a que no. No es un número. Lo vemos, lo sentimos, lo comprendemos porque jugamos con él, lo escuchamos, sabemos que piensa, sabemos cuáles son sus fortalezas, sus debilidades y estamos ahí para ayudarlo a superarlas, igual que nuestros madrijim estuvieron allí para nosotros.

Nuestro lugar como educadores de Tnuot Noar es particularmente importante, porque a diferencia de otros marcos, en la Tnua el contenido curricular es importante, pero no más importante que el desarrollo integral y humano del janij. Por eso, cuando vemos que acontece una situación de injusticia, elegimos frenar el tojnit tradicional, para enfrentarla y educar en base a la canasta de valores éticos y morales que definen y caracterizan a nuestras Tnuot. Son precisamente estas acciones, basadas en valores, lo que hacen de la Tnua un marco seguro, en el cual el janij no sólo no es “invisible”, sino que es actor principal. Este marco ético es lo que facilita que la kvutza, el Ken, la Tnua toda, sean el escenario ultimativo que tiene todo javer a su disposición para actuar, accionar, devenir, ser. Y en esa gran obra de arte que es educar, el madrij, a veces tras bambalinas, a veces en primer plano y otras como actor secundario, es fundamental. Nosotros como madrijim, contamos con las herramientas necesarias para cambiar el rumbo de las energías grupales si es necesario para que la dinámica grupal, sea precisamente eso: dinámica. Así es como, “poniendo en juego” nuestro saber, nuestras habilidades y nuestros conocimientos, madrijim y madrijot (re)creamos y facilitamos oportunidades a nuestros janijim para destruir estigmas y estereotipos, colaborando así a la construcción de personas integras.

Se que la Tnua es la plataforma ideal para comenzar los procesos de formación que contribuirán a que nuestros janijim no sólo no generen situaciones de bullying, incluso sean aquellos capaces de reconocerlas e intervenir para detenerlas. Estoy convencida que nuestra tarea como madrijim es esencial en este proceso, porque como dijo un sabio madrij una vez: el bullying se da cuando hay frialdad en el corazón y por eso, para revertirlo necesitamos calor, calor humano, y eso es lo que caracteriza a nuestros madrijim. Aquí, en el madrij, es donde empieza, la gran oportunidad que tenemos en la Tnua. Aprovechemos esta oportunidad con responsabilidad. Estoy segura que no nos arrepentiremos.

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Este material fue escrito con la intención de esclarecer los conceptos básicos relacionados al bullying y generar el interés y la curiosidad suficientes para motivar a nuestros educadores a reflexionar sobre las herramientas y opciones de intervención que tienen a disposición y crear nuevas y más efectivas en caso que sea necesario. En este artículo nos centraremos en tres pilares esenciales a la hora de enfrentarnos a situaciones de bullying: Aprender – Buscar respuestas pertinentes –Cambiar la realidad. Esperamos este texto pueda contribuir a crear espacios más seguros y sanos para y por nuestros janijim y janijot.

APRENDER

Como ante cualquier tema, cuando no conocemos y queremos o necesitamos comprenderlo para tomar acciones al respecto, lo primero que debemos hacer como madrijim es aprender, y el bullying no es una excepción.

Aprender: ¿Qué es el bullying?

Cuando hablamos de “bullying” en sentido estricto, nos referimos al fenómeno de “acoso escolar” a partir del cual existe por parte del “bully” (matón) una serie de conductas agresivas constantes y predeterminadas contra otra persona con la intención de producir un daño en él. Sin embargo, cuando hablamos de “bullying” en sentido amplio, y especialmente si tenemos en cuenta que nuestros janijim viven en una era preponderantemente virtual, entendemos que este acoso no se remite unicamente al ámbito escolar, sino que muchas veces lo trasciende y se expande a otras áreas de la vida de los sujetos. Algunos podrían decir que una de las grandes dificultades que tenemos a la hora de identificar los fenómenos de bullying, es que, lo que unos pueden definir como “conductas agresivas” no necesariamente lo serán para otros, es decir; existe un grado muy alto de subjetividad. Para superar este obstáculo y evitar confusiones, ofrecemos algunos ejemplos de conductas de hostigamiento internacionalmente reconocidas como tales según expresa la Organización de la Salud Mundial (OSM): “(…) el desprecio, el odio, la ridiculización, la burla, el menosprecio, los motes, la crueldad, la manifestación gestual del desprecio, la imitación burlesca son los indicadores de esta escala.”

Aprender: ¿Cuáles son las características básicas de todo acto de Bullying?

Nuestra herramienta más efectiva para luchar contra el bullying es la prevención, por eso es fundamental conocer cuáles son las características de este fenómeno y trabajar esas áreas con anticipación. En este sentido, podemos decir que el bullying, para ser definido como tal, debe contar con tres características principales:

  1. El bullying es intencional.

Si, aunque nos suene extraño, el fenómeno del bullying es un acto intencional, es decir, una persona decide deliberadamente dañar a otra. Para intentar evitar llegar a esta situación, es imprescindible que desde edades muy tempranas los madrijim trabajemos incansablemente para desarrollar en nuestros janijim una conducta empática en base a valores como son santidad de la vida, respeto a uno mismo y a los otros, solidaridad, apoyo mutuo, justicia, paz, responsabilidad, igualdad, integridad, ética, benevolencia, compañerismo, ejemplo personal, entre otros.

  • El bullying es repetitivo.

Los seres humanos, somo seres sociables, pero cada uno de nosotros es distinto, posee necesidades diferentes, ha atravesado experiencias específicas que al final de cuentas nos llevan a crear una forma particular de entender el mundo. Siendo esto así, probablemente, en nuestro encuentro con el Otro surjan diferencias, las cuales intentaremos a resolver a través del diálogo y la discusión, a veces con éxito, otras no. En esta interacción con el/los Otro/s, muy probablemente salgamos lastimados, muy probablemente lastimemos, a veces con y otras sin intención.

Sin embargo, cuando hablamos de bullying, no hablamos de un caso puntual, hablamos de violencia que vuelve sobre sí misma. No es una discusión aislada, no es una broma de mal gusto alejada, es un complejo entramado de acciones llenas de agresión que se suceden una tras otra vez. En este sentido, resulta fundamental para el madrij identificar, alumbrar, nombrar y rechazar todo acto de violencia que presencie, por más insignificante que parezca y especialmente si el mismo se repite.

  • En el bullying hay diferencia de recursos.

Otro elemento característico del bullying es que los actores que intervienen de este fenómeno, cuentan con recursos de manera desigual. Cuando hablamos de recursos, nos referimos a recursos emocionales y/o psicológicos (inseguridad personal, baja autoestima y autoconcepto, altos niveles de ansiedad, sensación de culpa y vergüenza, etc.), físicos (complexión corporal débil, por ejemplo), sociales (no logra defender sus derechos, bajos niveles de asertividad, dificultades para entablar una comunicación social saludable) o materiales. Cualquier elemento que ubique a agresor y víctima en una situación desigual puede ser útil para disparar un caso de bullying.

Aprender: ¿Quiénes intervienen en el fenómeno de Bullying?

El bullying tradicional generalmente habla de un triángulo conformado por el agresor, la víctima y los observadores. Sin embargo, teniendo en cuenta que este artículo está destinado a madrijim de tnuot noar, nos es fundamental agregar un actor más: el educador.

  1. El agresor o víctima activa.

No hay niños malos, hay niños que le pasan cosas malas y saca sus frustraciones hacia afuera” J. Korczak

Generalmente, cuando nos referimos a un agresor, la tendencia es a pensar en un niño malvado. Sin embargo, si tomamos en cuenta la frase de Korczak podemos entender que el agresor, dentro de los diferentes círculos de violencia que construyen progresivamente el fenómeno del bullying, es considerado una “víctima activa”.

Pero entonces, ustedes se preguntarán: si el agresor no es “malo”, ¿por qué decide dañar a otros? Hay autores que explican que los agresores o víctimas activas, suelen estar motivados por cuatro necesidades básicas (Rodríguez, 2004):

  • Necesidad de protagonismo: El agresor necesita ser visto, que le presten atención.
  • Necesidad de sentirse superior: deseo de ser más fuertes y poderosos que los otros.
  • Necesidad de sentirse diferente: El agresor crea una identidad diferente en el grupo que le permite rechazar todo aquello que no es igual a la imagen que ha creado.
  • Necesidad de llenar un vacío emocional: El agresor no reacciona con afecto; sigue vivencias que dan sensaciones similares cuando crean su propio “espectáculo”.

Si el madrij conoce esta información, puede planificar su intervención grupal de manera que todos sus janijim logren recibir oportunidades para cumplir con sus necesidades sin que se vean en la necesidad de recurrir a vías o canales basados en la violencia.

  • La víctima

Como mencionamos con anticipación, la víctima de bullying se encuentra en algún tipo de desventaja en relación a sus pares. Si bien todos los seres humanos somos diferentes los unos de los otros, y todos poseemos aspectos positivos y otros mas frágiles, en las víctimas de bullying sus puntos débiles son puestos en el centro de la atención, generando así grandes niveles de inseguridad, timidez y ansiedad lo que termina por afectar el grado de asertividad de los sujetos (capacidad de expresar sus ideas, sentimientos y emociones con claridad y seguridad). Esta situación, progresivamente, lleva a la víctima a aislarse (en búsqueda de evitar la violencia, los conflictos y el maltrato) o ser aislada (los pares lo rechazan y se alejan para evitar “contagiarse”).

Si bien la víctima de bullying atraviesa por mucho sufrimiento y es dañada (emocional, psicológica, física, moral, materialmente o todos esos al mismo tiempo), muchas veces, ella no comparte cómo se siente realmente y a pesar de que no es culpable de lo que sucede, en la mayoría de los casos, no suele pedir ayuda. Esto se puede deber a que se siente responsable de la situación, la vergüenza le impiden relatar los actos que se realizan en su contra, o en el peor de los casos, existe un nivel de negación muy fuerte que evita que la víctima sea consciente de las atrocidades que son cometidas contra ella. Por este motivo, ante los ojos de los educadores, las situaciones de bullying no siempre son tan evidentes. De ahí que, tal vez uno de los elementos más importantes a la hora de combatir el bullying sea, en primer lugar, ¡prevenirlo! Y para eso, como educadores debemos asumir un rol sumamente activo en el proceso de convertir a nuestros kenim en “zonas seguras”, donde la violencia (en ninguna de sus formas) no tiene cabida, pues es repudiada por los propios janijim. Esto no es tarea sencilla, ¡pero tampoco imposible!

  • Los observadores

Cuando aprendemos sobre bullying, generalmente entendemos que nos enfrentamos a una situación muy compleja y a veces tenemos la sensación de que es imposible ponerle fin. Sin embargo, esto no es verdad. Uno de los medios más efectivos con los que contamos los madrijim para poder frenar el fenómeno de bullying es fortalecer a los observadores. Recordemos que una de las necesidades de los agresores es la “necesidad de protagonismo”. Pero si los observadores se rehúsan a actuar como “publico”, entonces el show no existe y el protagonismo termina (según investigaciones, esto sucede en más de la mitad de los casos). Cuando un observador interviene, ya sea dando soporte público a la víctima o bien poniendo freno a la situación, en gran parte de los casos puede lograr que la víctima deje de ser atormentada por su agresor.

Si es así: ¿Por qué los observadores no intervienen en la gran mayoría de los casos?

Hay muchos elementos que influyen en los observadores a la hora de actuar.

En algunos casos la falta de respuesta tiene relación con la visión que el observador tiene sobre sí mismo (sus propias capacidades físicas y emocionales, su relación con la víctima, etc.). En otros casos, hay elementos externos que pueden influir significativamente, como lo es el “efecto observador” (es decir, una persona no ofrecerá ayuda a quien está siendo víctima de un ataque si existen otros espectadores, como él, que no actúan tampoco). Fuera de eso, hay distintos tipos de observadores, en función de las respuestas que otorgan ante la situación de bullying: los cómplices (participan de la situación pero no la iniciaron), los alentadores (aprueban el acto pero no participan de el activamente), los pasivos (son indiferentes a la agresión: “no es su problema”), los temerosos (saben que es injusta la agresión pero se alejan por temor a terminar siendo ellos mismos la víctima) y los defensores (intervienen en la situación con el objetivo de detenerla.)

Nuestra tarea como educadores es ofrecer las herramientas necesarias a nuestros janijim para que, ante cualquier situación de injusticia, actúen como observadores “defensores” y en caso de que no lo logren, puedan respaldar a aquellos que, si lo hagan, para que no queden expuestos o solos en “la batalla”.

  • El madrij.

Dentro de este gran entramado de relaciones que supone el fenómeno de bullying se encuentra el madrij. Como ya sabemos, el madrij por la cercanía en edad con sus janijim y por el vínculo especial que construye peula a peula, muchas veces tiene el privilegio de que niños y jóvenes le den acceso a su mundo interno, a sus emociones, sentimientos y secretos más íntimos. Esta oportunidad única que tienen entre las manos, conlleva una gran responsabilidad y de ahí que sea tan importante aprender a evitar, identificar e intervenir de manera apropiada y efectiva a los casos de acoso en general y acoso “escolar” en particular. Al mismo tiempo, los madrijim también deben comprender que muchas veces, incluso con las mejores intenciones y mucho amor, puede suceder que tampoco eso sea suficiente para resolver cuestiones como el bullying. Por eso, es importante que el madrij sepa que tampoco él está solo, sino que es parte armónica de una estructura mucho más grande y fuerte que es la Tnua. La Tnua es la plataforma que posibilita el trabajo en conjunto con otros actores (como lo son los rashei shijva, rosh jinuj, rosh Ken, el pehil o el sheliaj), compartir experiencias (con suma discreción, por supuesto), aprender, analizar y pensar posibles canales de intervención.

BUSCAR RESPUESTAS PERTINENTES

El madrij, parte activa de los procesos de dinámica grupal que se suceden en la Tnua, debe ser consciente que parte de su función como educador es trabajar las energías que existen dentro del grupo de modo tal que cada uno de los janijim logre desarrollarse de manera integral en un ambiente sano y seguro. Para esto cuenta con distintas herramientas:

  1. Herramientas a nivel grupal

Como es sabido en la Tnua, no existe medio educativo más fuerte, eficiente y efectivo que el ejemplo personal. En este sentido, no sólo que el madrij debe comportarse con sus pares, adultos y menores encarnando los valores más nobles y positivos de la Tnua, sino que, además, debe utilizar esa canasta de principios éticos y morales para repudiar públicamente todo acto de injusticia y maldad de la que sea testigo. Esto será un modelo de gran importancia para el janij, especialmente cuando se cuestione si es posible o vale la pena intervenir o no.

La sensación de seguridad personal y organizacional es fundamental en un ambiente educativo. Una persona que esta preocupada por su integridad física, emocional o material no tiene la disponibilidad mental para aprender. Por ende, el madrij debe encargarse de hacer de la Tnua, y especialmente de su kvutza una “Zona segura”, donde no sólo no se normaliza la violencia (no en juegos, chistes, comentarios, miradas cómplices o cualquier otra acción que fomenta la violencia en cualquiera de sus formas), sino que la misma es denunciada y repudiada cuando aparece. En una “zona segura” los janijim no se sienten expuestos a situaciones de vulnerabilidad, aquí los janijim se sienten a gusto, puesto que el madrij los conoce y los protege. El madrij es fuente de confianza inquebrantable.

El cariño y el reconocimiento son elementos que también juegan un lugar importante en la dinámica grupal: todo ser humano normativo quiere ser amado, respetado, buscado, necesitado y, por ende, otorgar un trato igualitario, equitativo y hacer sentir a todos nuestros janijim valorados y reconocidos, es esencial si queremos evitar el bullying.

Finalmente, el madrij no es quien posee exclusivamente los conocimientos relacionados con la prevención, detección y resolución de este tipo de conflictos, sino que, a través de un proceso educativo consciente y responsable, ha planificado para empoderar a los janijim para que luego de adquirir conocimientos, habilidades y herramientas, sean capaces de aplicarlos con seguridad y valentía.

  • Herramientas individuales en relación a la víctima.

Generalmente los agresores intentan aislar a sus víctimas socialmente. Por este motivo es muy importante dar apoyo visible a la víctima. Esta acción, por más pequeña que parezca, es muy efectiva, pues envía al mismo tiempo tres mensajes: a) al agresor: “la víctima no está sola, cuenta conmigo y con el respaldo de la Tnua”, b) a los observadores: “no hay nada malo en acercarse a la víctima, todo lo contrario, todos tenemos cosas positivas para compartir y de las cuales aprender” y c) a la víctima: “tú no estás sola, estoy para ti, puedes confiar y apoyarte en mi cuando necesites”.

Otro punto importante es alejar a las víctimas de posibles o eminentes situaciones de peligro. Si no estas seguro, pero tienes el presentimiento que algo malo puede suceder a tu janij, es preferible que estés pendiente o intervengas a quedarte con la duda y dejar a tu janij expuesto a una situación problemática.

  • Herramientas individuales en relación a los observadores.

El madrij puede fomentar una amplia canasta de acciones, habilidades y aptitudes que facilitaran a estos janijim repudiar el acto de violencia en tiempo real. Como madrijim debemos concientizar a los janijim sobre la importancia y el fuerte impacto que tiene la intervención de un observador a la hora de frenar un acto de bullying. Es importante también que mostremos la amplia gama de opciones que incluye el concepto “intervención”. Intervenir puede significar: a) Enfrentarse al acosador, b) Buscar el apoyo de pares para, juntos, hacer frente al agresor, c) Quitarle público/atención al acto que realiza el agresor, d) Buscar la ayuda de un adulto de confianza, e) Respaldar a la víctima, en público y/o en privado. También es importante que el madrij explique a los janijim que si sienten que ninguna de estas acciones es posible pues temen exponerse a situaciones de riesgo, eso es síntoma de que están enfrentando un caso de violencia muy extremo y es fundamental involucrar a un adulto para intentar resolver la situación lo antes posible.

  • Herramientas individuales en relación a la víctima activa (agresor)

Este tal vez sea uno de los puntos más difíciles. Por un lado, debemos recordar que el agresor es una víctima y por ende debemos estar allí, también para él. Por el otro lado, debemos ser muy cuidadosos, puesto que muchas veces en nuestra intención de dar un lugar significativo al agresor con la intención de “convertirla” en un líder positivo dentro de la kvutza, el mensaje que enviamos al resto de los janijim es problemático. Al final de cuentas, lo que el resto de los janijim observan es que el janij que infringe las normas sociales establecidas, no encarna los valores de la Tnua y suele dañar a sus compañeros es el que más atención recibe por parte de los madrijim. En este sentido, debemos pensar nuestra intervención con la víctima de manera seria, responsable y global.

En este sentido, algunos elementos generales que podemos mencionar son: Mientras la víctima activa realice acciones positivas, es importante que el madrij las refuerce y valore en público y en privado. Así mismo, ante situaciones donde el agresor utilice la violencia en cualquiera de sus formas, es fundamental que los madrijim no minimicen la situación, ni se muestren condescendientes. En estos casos es esencial marcar los límites con seguridad y mostrar modelos de acción alternativos. Bajo ningún punto de vista los madrijim pueden usar la violencia como medio para intervenir en un acto de acoso.

CAMBIAR LA REALIDAD

Cada vez son más los niños y adolescentes que se ven expuestos a situaciones de bullying. El mundo virtual, en este aspecto, ha logrado propagar los efectos y consecuencias de estos actos de violencia llevándolos a niveles espeluznantes. Lamentablemente, las víctimas muchas veces no cuentan con las herramientas suficientes para denunciar estos actos de cobardía y crueldad, y se ven en la dificilísima tarea de enfrentarse a esto solos. Sin embargo, en este contexto, estamos nosotros; madrijim y madrijot noar, ocupados y preocupados por ofrecer a cada uno de nuestros javerim una vivencia significativa y relevante, a partir de la cual cada uno pueda crecer de manera integral y segura como ser humano judío sionista humanista y esto, vaya que es importante que se lo hagamos saber a cada uno de nuestros janijim. Esto no sólo es la misión de cada uno de nosotros como educadores, es nuestra responsabilidad desde el momento que hemos elegido asumir esta desafiante pero hermosa tarea de educar, es decir ser parte en el proceso de consolidación de la identidad y personalidad de cada uno de nuestros janijim.

Así, es fundamental que comprendamos que cuando evitamos o frenamos una situación de bullying, no solo estamos cambiando vidas (la del agresor, la de la víctima, la de los observadores y la nuestra), a veces, incluso sin darnos cuenta, podemos estarlas salvando.

Lo sé. Bullying es un tema complejo y doloroso que muchas veces nos deja con sensación de relativa impotencia. Pues bien, soy de las personas que creen que cuando este es el sentimiento que nos interpela, lo más sencillo es empezar por uno. Así que, si de verdad quieres hacer una diferencia y quieres hacer de este un mundo mejor, entonces empieza por ti mismo. Conviértete en el mejor modelo educativo para tus janijim y usa tu ejemplo personal como la herramienta educativa más efectiva y valiosa que existe, ¡pues lo es!

  • Se “persona significativa”, ofrece seguridad, cariño, confianza y reconocimiento a cada uno de tus janijim, en la medida necesaria, sin escasear y sin sobrepasarnos.
  • Se y utiliza tu ejemplo personal a la hora de poner límites, pues saber decir “no” es al mismo tiempo saber decir “sí”. Poner límites es cuidarnos a nosotros mismos y cuidar a los demás. Poner límites, a diferencia de lo que muchos pueden pensar, es una de las expresiones de amor más grandes que tenemos como educadores.
  • Se ejemplo personal y muestra a tus janijim que intervenir en casos de violencia e injusticia es posible, necesario e importante. Se “fuerte y valiente” y enséñales a serlo. Y si sientes que la situación es demasiado dolorosa, compleja o difícil pide ayuda, ese es otro mensaje importante que ellos necesitan aprender de nosotros.
  • Se ejemplo personal y (pre)ocupate de hacer de tu grupo, de tu ken y de las Tnuot “zonas seguras”, donde los vínculos entre los javerim sean lo suficientemente fuertes y sanos para permitir a cada uno de ellos ser, pensar, sentir y vivir de manera plena y auténtica, sin miedo a que eso implique pagar un precio social. Se parte de este entramado humano, foméntalo con paciencia, sabiduría y respeto.

Se ejemplo personal, y “ama a tu prójimo como a ti mismo”, todo el resto, lo podremos estudiar y aprender después


[1] Este artículo va dedicado especialmente a Vania Szafir y a Gabriel Shnaider quienes, asumieron una actitud de curiosidad y gran responsabilidad sobre tan importante temática; motivándonos a escribir este material que, esperamos, sea de utilidades a muchos madrijim y madrijot en la importantísima tarea de educar. Jazak ve’Ematz!

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