Por: Sergio Edelstein
Sección: Sionismo/ Israel
“Jutzpa”.
Netaniahu se conduce con responsabilidad y cautela, en la realidad que vive Israel en estos dias. Por otro lado, un vice ministro del gobierno (de seguridad!), que en tiempos de lucha, mientras los ciudadanos se unen frente a la amenaza, sale en forma pública y deshonesta contra su primer ministro, merece toda mi condena! Es la primera vez que un hecho así se da en Israel. Con que “jutzpa”, un político que por supuesto no tomara responsabilidad a decisiones que son prorrogativa del Primer Ministro, critica políticamente a Netaniahu, cuando este tiene que tomar decisiones por la vida de toda la ciudadanía?!
Lo que se ve desde allí, no es lo que se ve desde aquí.
Menos mal que cuando Netaniahu se sienta “del otro lado de la mesa”, toma la responsabilidad como parte integral del rol protagónico, que como sus antecesores, tiene como primer ministro. Esto lo lleva a centralizarse en cómo proteger y dar seguridad a todos los ciudadanos, no solo necesariamente y puntualmente desde el prisma militar momentáneo, sino también con perspectiva a futuro. El conflicto es complejo. Debemos dejar la política burda fuera. Hablamos de visión de país. Hablamos de valores.
Luchamos por el Estado de Israel.
El común denominador que amalgama a la ciudadanía israelí (por lo menos en su gran parte), es que luchamos por nuestras familias, por ende, por el Estado y el Hogar Nacional Judío. No luchamos por el honor de D ?s. El oficial que saco la carta a todos sus soldados, incitándolos a luchar por el honor de D ?s, que en su visión fue degradado, va en contra a todos los valores judíos de unidad, de solidaridad y de tolerancia. Va en contra de las bases mismas de la consolidación del estado y por sobre todo pone en duda los cimientos que queremos para asegurar la continuidad de Israel y el Pueblo Judío.
“Golpear en el techo”
Este acto que hace Tzahal, al avisar a los ocupantes de una casa de terroristas (o donde se esconden en sus sótanos armamento ofensivo) que seran atacados, representa más que nada, la puesta en práctica, de valores básicos del Pueblo Judío, transmitidos durante milenios: santidad de la vida humana, justicia y benevolencia. Y no siempre, esta es una realidad entendida o bien interpretada. Lamentablemente, el cinismo que nos rodea, es más fuerte que el intento de Israel, de luchar en una forma diferente a lo que gran parte del mundo lo hace o haría. Lo importante no es intentar convencer a los otros que nosotros somos diferentes ya que lo hacemos en la práctica, sino continuar guiarnos por dichos valores. A pesar de todo, de la bronca y la injusticia.
Tranquilidad y seguridad.
Al margen y en paralelo a las cuatro imágenes anteriores, que representan perspectivas enfocadas en temas concretos, debemos visualizar y analizar la actual situación que se vive en estos días del verano israelí 2014, con la complejidad que tiene y en especial, en el marco del conflicto todo.
El objetivo de la operación Tzuk Eitan, podemos coincidir o no con el mismo, es dar tranquilidad y seguridad a los ciudadanos israelíes. Así lo definió el primer ministro y esa es la orden que el ministro de seguridad transmitió a Tahal.
Tranquilidad y seguridad, debemos entender, exigen justicia, libertad y paz. Y para que estos tres valores se concreten en hechos, tenemos que tener la capacidad de verlos en el contexto en el que junto a tranquilidad y seguridad se encuentran: Israel debe llegar a tener sus fronteras claras y reconocidas por la comunidad mundial, siendo claro que esto lleva a la existencia de dos estados para dos pueblos, en los cuales los dos renunciaran a sus exigencias territoriales totales y exclusivas.
Este es el imperativo del movimiento sionista desde su gestación, ya que esta es la garantía de la continuidad del pueblo judío y el Estado de Israel, como parte de la familia de los pueblo