Romi Morales
El mes de Adar es asociado en el judaísmo con el aumento de la alegría: “«מי שנכנס אדר מרבין בשמחה. Este plus de alegría se relaciona a la festividad de Purim, la que celebramos gracias a que fue revertido el veredicto de muerte a todos los judíos de Paras a causa de los planes del malvado Aman frente al Rey Ajashverosh. Por ello, aprovechando la oportunidad que nos ofrece el mes más alegre del calendario hebreo, nos gustaría analizar el vínculo entre alegría y aprendizaje, vínculo natural y característico de todo ámbito educativo tnuati, por lo menos en la Familia Hanoar Hatzioni.
Sobre al alegría
En términos generales, podemos decir que la alegría es un sentimiento placentero que se manifiesta en las personas luego de presenciar algún evento positivo, agradable y ameno, que genera como consecuencia sensaciones de buen ánimo, altos niveles de energía y buena predisposición para con uno mismo o para con el ambiente que nos rodea. Según la psicología, esta emoción si bien es muy positiva, lo cierto es que es pasajera y al no durar mucho hace que constantemente estemos buscando estímulos externos que nos permitan volver a recibir esta misma emoción una y otra vez una tras otra tras otra vez .
Al respecto, el judaísmo dice que “Rico es quien es alegre con lo que tiene” y si bien hay quienes piensan que esta frase estimula el conformismo, hay otros que piensan que lo que se fomenta es la gratitud y valoración de lo que sí tenemos por sobre la falta. Desde esta perspectiva, ya no sería necesario esperar a tener, ser y/o encontrar algo en el futuro para que eso genere la emoción de alegría en nuestro interior, sino que solo festejar lo que ya tengo, ya soy y ya hallé en el camino, se convertiría en el estímulo más preciso para obtener real y constante regocijo.
Sobre el aprendizaje
A grandes rasgos podríamos decir que aprendizaje es el proceso que atraviesan las personas, a partir del cual, adquieren nuevas herramientas (teóricas, conceptuales, prácticas, morales, etc.) para conocer el mundo e intervenir en él. Teniendo en cuenta que éste es un constante proceso de cambio, de (des)construcción, de experiencias y vivencias, de ensayos y errores, cabe suponer que existen ciertas condiciones que inhiben el aprendizaje y otras que lo favorecen e incluso lo potencializan. Espacios educativos donde el miedo, la vergüenza, la culpa, la tristeza y la ansiedad, etc. son lo que prima, las personas difícilmente puedan aprender significativamente, puesto que la mayor preocupación y energía está destinada a “sobrevivir” a es ese lugar con el menor daño emocional posible. Lamentablemente, entre la niñez y la adolescencia, muchos transitan por estructuras educativas que, en vez de romper con estos paradigmas, incluso sin querer, los fortalecen. Así es como luego muchos asocian “aprender” con palabras como aburrimiento, insignificante, irrelevante, carga. Por suerte, no todo ámbito educativo es así. Un ejemplo de educación alternativa lo vemos en la Tnua. Allí, la alegría está presente en tanto elemento central a la hora de educar y los efectos son evidentes.
Sobre la Tnua y el impacto positivo de la alegría en el aprendizaje
No es secreto que una de las frases que más escuchamos al preguntarle a janijim y janijot qué es lo que más les gusta de la Tnua es que “aprendemos jugando”. Y es que justamente a través del juego es que se logra generar ese ambiente ameno que permite que las personas se sientan cómodas de ser, pero más importante aún, cómodas de querer cambiar y mejorar: de aprender.
Pero la alegría no empieza en el juego durante la peula. La alegría empieza cuando nuestros janijim y janijot reciben un mensaje o llamado de sus madrijim para preguntarles, en medio de la semana, cómo están y si el próximo sábado llegarán al Ken porque los han extrañado. La alegría aparece a la salida de la escuela de un día como cualquier otro, cuando los madrijim y madrijot aparecen con sorpresas para invitarlos a una nueva actividad en el Ken. La alegría se manifiesta cuando el janij o la janija llegan al ken y hay otras personas esperando en la puerta para recibirlos con una cálida bienvenida. La alegría se desarrolla en el juego, claro que sí. Pero también en los momentos difíciles, cuando las cosas no salen para los janijim como esperaban durante la peula y ante la tristeza, el enojo, la frustración, sus madrijim y madrijot no sólo que no renuncian a ellos, sino que están ahí, justamente para sostenerlos y ayudarlos a pasar el mal rato. La alegría se fortalece cuando vemos que “los grandes de la Tnua” confían en “los másmas jovencitos” y en base a esa confianza, los chicos pueden superarse a ellos mismos, incluso cuando en un principio les parecía algo imposible. La alegría es contagiosa cuando llegamos al mifkad y vemos que somos un montón. Cuando escuchamos las buenas noticias y los éxitos de la Tnua. En pocas palabras: la alegría en la Tnua, a diferencia de la “alegría psicológica”, es constante. Y eso es lo que nos permite tener éxito educativo. La alegría, cuando estáesta garantizada, genera en nuestros janijim y janijot la disponibilidad emocional y cognitiva necesaria para que devengan una amplia gama de condiciones necesarias para aprender como lo son el ABC de la tnua:
· Ansias de superación personal.
· Búsqueda de desafíos personales, grupales, emocionales, intelectuales, organizacionales.
· Confianza en quien educa, en el proceso educativo, en el contenido, en la calidad del producto (conocimientos, habilidades, destrezas, valores, etc.) del acto educativo (peula).
· Deseo de saber (saber, saber hacer, saber ser). Curiosidad intelectual
· Esperanza
· Flexibilidad y adaptación. Capacidad de comunicarse asertivamente.
· Gratitud
· Habilidades duras y blandas.
· Ilusión, imaginación, innovación.
· JúbiloJubilo. Sensación de estar habitando un espacio seguro.
· Kvutza como plataforma de aprendizaje cooperativo y colaborativo.
· Liderazgo constante. IntenciónIntensión de influir, impactar, inspirar
· Motivación intrínseca
· Negociación, resolución de conflictosconflicto y toma de decisiones.
· Originalidad
· Pensamiento crítico e independiente
· Querer ser parte y hacer parte a otros (de la kvutza, ken, Tnua, kehila, Am Israel)
· Respeto por uno mismo, por los demás y por el proceso que se comparte.
· Sensación de bienestar con uno mismo y con los demás.
· Trabajo en equipo
· Unir nueva información con viejos aprendizajes, generando nuevas conexiones.
· Voluntad. Confianza en la propia capacidad de aprender y de enseñar a otros.
· “Whatsapp” afuera de la Tnua, “What’s up?” adentro.
· X factor: querer desarrollar esa cualidad que hace a cada uno especial, único e indispensable
· “Yalla!”, iniciativa. Proactividad. Actitud de Rosh Gadol. Jalutziut.
· Zambullirse en la vivencia de aprendizaje sin reparos y con total libertad y predisposición.
A modo de conclusión
Creo que somos muy afortunados de entrar en Adar y posibilitar que la alegría se sume a nuestros días y llene nuestro mes de felices y nuevas energías. Pero creo que somos más afortunados aún cuando logramos extender esas lindas emociones y sensaciones a lo largo del tiempo y el espacio y eso es lo que hacemos en la Tnua. Por eso, ante la pregunta si existe el vínculo entre alegría y aprendizaje, yo miro el increíble trabajo de nuestros madrijim y madrijot en el mundo y no tengo duda que el vínculo existe y que nosotros somos inmensamente ricos y exitosos. Exitosos porque doy fe de los incontables aprendizajes que se llevan miles y miles de janijim y janijot cada año de nuestras Tnuot. Ricos porque estamos más que felices con lo que somos, lo que tenemos y somos capaces de construir y transmitir, incluso cuando eso supone que aún tenemos ganas de más.
Este Adar y todo lo que resta del año, nos deseo que nuestras Tnuot sigan siendo una alternativa para seguir aprendiendo con alegría, porque solo así es posible aprender de verdad.
Jazak ve ematz y jag Purim Sameaj!
