Romi Morales
Cuando Yaacov pidió a Yosef que fuese al campo a ver cómo estaban el resto de sus hijos, nunca imaginó que esa sería la última vez que se verían o que esas serían las últimas palabras que se dirían. La despedida entre ellos fue sorpresiva e inesperada. Tal vez por eso, fue profundamente dolorosa. En el recuerdo de Yaacov quedó la imagen de su hijo Yosef, representando sus valores, ideas y principios, vestido con una túnica especial, símbolo del cariño que le tenía. Años después, de manera igualmente imprevista, llega a Yaacov la noticia de que Yosef está con vida y pide reencontrarse con él. Sin embargo, la reacción de Yaacov es extraña: “Pero el corazón de Yaacov no se inmutó porque él no les creyó”. Solo después de escuchar a sus hijos, su corazón revivió y se apresuró a su reencuentro. ¿Qué pudo haber generado la primera reacción de Yaacov? ¿Qué lo hizo cambiar drásticamente de actitud? ¿Qué relación tiene esto con nuestra tarea como madrijim y líderes en la Tnua? Esto y más veremos a continuación. ¡Empecemos!
Cambios superficiales, cambios para adaptación
En la parashá pasada vimos el comienzo del gran cambio en Yosef. Entre otras cosas, nuestras fuentes relatan que Paró le dice a Yosef: “Te he puesto sobre toda la tierra de Egipto. Entonces el faraón se quitó su anillo y lo colocó en la mano de Yosef, lo vistió con ropas de lino fino y le puso una cadena de oro alrededor del cuello. Y lo hizo subir a la segunda carroza en orden de importancia que tenía, y peregrinaban a su paso: reverenciadle. Y lo puso como virrey sobre toda la tierra de Egipto. (…) Y el faraón le puso por nombre Zafnat-Panea (descubridor de lo oculto) y le dio por mujer a Asenat, hija de Poti sacerdote de On. Y Yosef salió a recorrer toda la tierra de Egipto” (Miketz, 41:41-47). Aquí vemos cómo hay ciertos elementos que Paró cambia en Yosef para ayudarlo a pasar de ser “un simple prisionero hebreo a ser el influyente Virrey de Egipto”.
Entre ellos cambios superficiales: la vestimenta, el nombre, los símbolos de estatus y el marco social. Éstos elementos tiene como objetivo principal es generar un proceso de ajuste al nuevo entorno, situación o cultura, sin necesariamente perder las características propias esenciales. Realizando cambios superficiales, las personas pueden adaptarse a una nueva realidad e influir significativamente en el ambiente, como sucedió con Yosef.
En el marco de la Tnua, solemos preguntarnos qué cambios necesitamos hacer para adaptarnos e influir en el contexto en el que trabajamos. Tendemos a creer que el cambio es positivo y necesario, especialmente en cuanto a cambios superficiales. Si bien esta palabra, en el último tiempo, ha ganado una connotación negativa, en nuestro contexto no responde a esa percepción. “Superficial” remite a que el cambio no toca el core esencial de la organización, sino todo lo que hay alrededor. Algunos ejemplos de cambios superficiales en la Tnua son: adaptar nuestras estrategias didácticas, herramientas pedagógicas y dinámicas educativas, actualizar los modelos y teorías que nos permiten entender la realidad, así como las personas con las que compartimos los procesos y nuestro rol en el mismo. Estos cambios son fundamentales para seguir siendo relevantes. Sin embargo, es importante entender dónde está el límite entre cambios ¨superficiales¨ y ¨profundos¨, para no excedernos y, sin querer, cambiar de manera tan radical que terminemos siendo algo totalmente nuevo, diferente e irreconocible, como sucede con Yosef hasta el reencuentro con sus hermanos.
Cambios profundos, cambios para transformación
Cuando los hermanos de Yosef llegan a Egipto, él los reconoce inmediatamente; sin embargo, ellos a él no. Solamente después de que Yosef les confiesa su verdadera identidad y pregunta por su padre, sus hermanos empiezan a entender quién es en verdad el virrey de Egipto. Esto tiene sentido, ya que hasta ese momento todas las interacciones de los hijos de Yaacov fueron con una persona aparentemente egipcia en su totalidad: Yosef habla, se viste y vive como egipcio, ocupando uno de los cargos más importantes dentro de esa sociedad. Hasta entonces no había en Yosef ningún indicio que lo conectara con su identidad hebrea. Después de confesar quién es, Yosef pregunta a sus hermanos: “¿Vive aún mi padre?”. Esta pregunta es la que ayuda a sus hermanos a reconocerlo. Pero, ¿por qué, si Yosef ya sabía que su padre seguía con vida?
Teniendo en cuenta que generalmente, los roles del padre y la madre están profundamente relacionados con las raíces, podemos pensar que tal vez la pregunta de Yosef no está dirigida a sus hermanos, sino para él mismo. “¿Mis raíces hebreas siguen vivas y fuertes a pesar del tiempo, la distancia y el dolor después de los cambios sucedidos? ¿Sigo siendo el Yosef que mi padre conoció, el Yosef que tanto amó?”. En otras palabras, lo que intenta preguntarse es si el cambio que en su momento empezó siendo superficial se transformó en un cambio tan profundo al punto que sus seres más cercanos no puedan reconocerlo, aun teniéndolo tan cerca. A partir de este ejemplo, podemos entender que la diferencia entre estos cambios es que el “cambio profundo” toca la misma esencia de nuestro ser. En conceptos relacionados a la Tnua, estaríamos hablando de cambios en nuestra canasta de valores (ADN tnuatí) y en nuestra concepción del mundo (ideas y principios que nos permiten entender el mundo y actuar en él). Cuando los cambios que se realizan son profundos, no hablamos de adaptación, sino de transformación.
Entre adaptación y transformación: integración. Entre cambios superficiales y profundos: cambios sinérgicos
Yaacov escucha que su hijo está vivo, pero en un primer momento no se permite a sí mismo emocionarse. Pareciera ser que los mismos cuestionamientos que se hace a si mismo Yosef, son los que ocupan a Yaacov. “¿Quién es en verdad el Yosef que está como virrey en Egipto? Si fuese el mismo que tanto amé y tanto me amó, ¿por qué no intentó ponerse en contacto conmigo teniendo tantas herramientas disponibles para hacerlo? Tal vez el Yosef que pide reencontrarse conmigo hoy no es aquel que conocí, aquel con quien compartí valores, ideas, una forma especial de ver el mundo. Tal vez el cambio en él es tan profundo y la transformación tan drástica que no exista camino posible para volver a conectarnos como en el pasado”. Interrogantes, mezcla de sensaciones e incertidumbre se hacen presentes, hasta que sus hijos repiten las cosas que Yosef ha pedido transmitir a su padre. Yosef le pide a Yaacov “que llegue a Egipto con toda su descendencia, pues en los años de dificultades que han de venir, él quiere cuidarlos”. Así Yosef manifiesta que el valor y la importancia de la familia no han cambiado y siguen siendo esenciales para él. En otras palabras, el core, no ha cambiado y, es este entendimiento lo que impulsa a Yaacov a cambiar su actitud y salir a su encuentro.
En Yosef no vemos ni cambio superficial ni cambio profundo. Vemos un cambio que abraza lo esencial y, al estar esto fuerte y seguro, permite el contacto con la diferencia sin llevarlo a la asimilación (entendida como la pérdida de la esencia propia y su sustitución por la esencia del Otro). Éstos son cambios sinérgicos y ocurren cuando diferentes elementos, ideas o identidades se ajustan mutuamente, no para transformarse o adaptarse, sino para crear una nueva dinámica o estructura que enriquezca a ambas partes respetando su esencia individual. Al proceso que garantiza que existan cambios sinérgicos, llamaremos integración.
En la Tnua es importante entender la relevancia de la integración dentro y fuera de Am Israel. Hacia afuera pues no podemos negar que nuestros janijim y janijot viven en las comunidades de la diáspora. Ellos están en constante y profundo contacto con la sociedad general, con la que comparten muchos elementos centrales de la cultura y por ende de la propia identidad. En este contexto, el lugar de la Tnua es crítico, pues es la plataforma educativa que permite fortalecer y enriquecer el core esencial de cada una y uno de nuestros javerim, para que cuando entren en contacto con el mundo exterior, puedan enriquecer y aportar a su entorno y aprender de los demás sin que esto suponga una amenaza a su identidad judía y sionista. Hacia dentro del pueblo judío, generar procesos de integración que permitan generar puentes de sentido y significados no es menos importante. Conectar con otros sin esperar cambiarlos, bajo el entendimiento que su diferencia trae cosas interesantes de las que podemos aprender, sin perder nuestros valores, es fundamental si queremos ser quienes contribuyan a cerrar las brechas que el radicalismo actual ha generado en Am Israel.
En conclusión
Vaigash muestra uno de los reencuentros más emocionantes de la Torá. Aquí vemos que, al proteger el core, un vínculo auténtico puede sobrevivir al paso del tiempo, la distancia y a las más complejas adversidades. Te invito a seguir educando a nuestros janijim y janijot para que aprendan a cuidar y enriquecer su core, para que su identidad sea más fuerte y el vínculo con Am Israel crezca e irradie solo cosas bonitas a todos los pueblos a nuestro alrededor.