CAMBALACHE

Por: Ariel Horovitz, Sheliaj

Sección: Judaísmo/ Fiestas

“Que el mundo fue y será una porquería ya lo se, en el 506 y en el 2000 también…”, asi comienza el tango de Discepolo intitulado “Cambalache”. Para aquellos que amamos la novela más leída del mundo (el Tanaj) sabemos que es así realmente, ¡si tan solo unos días después de haberse creado el mundo Cain estaba asesinando al pobre Abel!

Hay muchos que, a diferencia de “Cambalache”, dicen que “todo tiempo pasado fue mejor” y se aferran a una nostalgia idealizada que se remite en muchos casos a una realidad que nunca existió. No se quien tiene razon, para mi, sin embargo, no hay como el siglo 21. Sí, a pesar del demente de Ahmedinejad, a pesar de las torres gemelas, a pesar de la esclavitud, de las guerras y a pesar de muchos pesares. El siglo 21 significa mucho para mi, es el siglo en donde puedo usar el Skype y hablar con amigos repartidos en todo el mundo, pude ver Boca-River a través del canal de deportes de Israel vía Internet (no tengo codificador) y muchas cosas mas.

Esta época de fiestas siempre me hace reflexionar mucho sobre nuestro pueblo de este y de otros siglos. Pesaj, representa nuestro nacimiento como pueblo y Yom Haatzmaut nuestro nacimiento como país libre. En el medio tuvimos dos tragedias. La Shoá y Yom Hazikaron.

Desde que salimos de Egipto y hasta nuestros días hemos pasado tantas cosas. Formamos un pueblo con leyes propias, tuvimos nuestro propio reinado, (sí, con muchos reyes corruptos), luego nos peleamos entre nosotros y esa soberanía fue alterada en tres oportunidades (babilonios, asirios y romanos) hasta que nos expulsaron y nos diseminamos por el mundo. Para colmo los cristianos se adueñaron del mundo y nos persiguieron, nos aislaron, se burlaron, nos atacaron, nos protegían cuando les convenían, trataron de convertirnos, nos quemaron nuestros libros y a nosotros mismos, nos encarcelaron, nos mataron y finalmente casi logran su cometido cuando el gran monstruo alemán también nos quiso exterminar. No le bastó a la humanidad todo esto y encima unos años después del casi – exterminio se levanta un estado judío independiente (que locura!) que a su vez es casi – exterminado por todos sus vecinos (al menos esa fue [y lo sigue siendo?] la intención).

El otro día mientras leía uno de mis libros favoritos, la HAGADA de Pesaj, en uno de mis días favoritos, PESAJ, en mi noche preferida, LEIL HASEDER, no podía dejar de hacer ese emocionante y apasionado juego mental de ir volando por el tiempo de una punta a la otra. A ver si me explico, cuando esa noche especial yo cantaba el “Ma Nishtana”, me preguntaba “y que realmente cambió desde aquellos gloriosos días cuando salimos de Egipto (y noten que dije “salimos”)?”. Y… la verdad es que algunas cosas cambiaron otras no tanto. Ahora hay Internet antes no. En Egipto fuimos esclavos, es verdad, pero también lo fuimos en la España Católica de la Inquisición y mas cerquita en el tiempo, fuimos esclavos de los alemanes en los infiernos de Auschwitz, Bergen Belsen, Mathausen, Dachau y muchos otros campos de esclavos y fabricas de exterminio sistemático. Sigamos con Pesaj, avanzamos en la Hagadá y leemos “…Shebejol dor vador omdim aleinu lejaloteinu…(es decir, en cada generación hay quienes se levantan y quieren terminar con nosotros). Y no sólo esta el Faraón involucrado en esto, la lista increíblemente larga. En este corto siglo 21 (un siglo de seis años de vida nomás) ya les digo: el iraní Ahmedinejad, el saudita Bin Laden, el palestino Hanye, el venezolano Chavez, “el antisemita anónimo” (me refiero a los millones de imbeciles en el mundo tocados por este mal), y mas, muchos mas. Y mas de Pesaj, seguimos leyendo y de repente aparece una de mis frases favoritas que me estremecen y que dice “bejol dor vador jaiav adam lirot et atzmo keilu HU hiatza mimitzraim” (es decir, “cada persona debe verse a si mismo como si EL mismo hubiese salido de Egipto). Que frase fuerte. Esa es la esencia del judaísmo: recordar. Y no solo recordar. Se trata de recordar y tratar de sentir lo que nuestros antepasados sintieron. Muchas veces trato de hacer ese ejercicio, es decir, sentirme que yo también salí de Egipto. El tema es que Egipto es también Alemania que mantiene el recuerdo fresco y lo primero que se me viene a la mente es tratar de sentir que debieron sentir los esclavos judíos que pasaron la Shoá. Cuando estuve en Polonia en el campo de Maidanek o en Auschwitz-Birkenau, traté de estar en ese “otro planeta” del que hablaba Iejiel Dinur y no podía. Me sentía que le faltaba el respeto a quien realmente estuvo aca. Sin embargo entendí que, como judío debo aferrarme a ese recuerdo y adueñarme de él, ya que fue mi pueblo quien estuvo ahí, y mi pueblo soy yo. Es mas, agrego y digo cada persona debe verse a si mismo como si EL mismo hubiese salido de Auschwitz, Sobibor, Belzec, Dachau y otros campos de esclavos y de exterminio, no tratando de vivenciar ese infierno indescriptible sino como pueblo que debe recordar, no olvidar y principalmente transmitir a las próximas generaciones (y como dice la Hagadá “Veigadta Le Binja” o “Le contaras a tu hijo”)

Pesaj, Iom Hashoa, Iom Ha Zikaron, Yom Haatzmaut. Uno al lado del otro en un lapso de pocas semanas. ¿Alguna vez se pusieron a pensar porque esas fechas caen una al lado de la otra? Si nos ponemos a pensar esas cuatro fechas sintetizan la historia del pueblo judío: esclavitud y libertad (Pesaj), exilio y exterminio (Shoá), el alto precio que pagamos por ser libres (Yom Ha Zikaron) y finalmente independencia y libertad (Yom Haatzmaut). No es casualidad que las fechas fueron elegidas en ese orden y en ese corto periodo de tiempo. Es que en esta historia de tragedias continuas hay un final feliz que a diferencia de las películas de Holywood este final es y sera duradero . Es verdad, para llegar a ese final feliz pasamos por cosas muy pero muy feas pero RECORDANDO este pasado terrible y mirando alrededor seguimos viendo que el final está espectacular, un final que no es final porque el sueño continua. Y a propósito, vieron que no todo tiempo pasado fue mejor?
La historia del pueblo judío es un cambalache en donde hay de todo y todo se mezcla desde una Biblia a un calefón y desde el sufrimiento extremo a la alegría extrema de un pueblo y de un país. Un país único y lo mas lindo: nuestro.

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