Romi Morales
A la edad de 30 años, Yosef pasa de ser prisionero a ser el segundo en mando, después de Paró en la que era la potencia regional de la época, Egipto. Esto nos muestra una habilidad esencial en toda persona que desea correr tras una visión: para cumplir grandes sueños un líder debe saber asumir siempre la responsabilidad. A partir de algunos ejemplos de la parashá Miketz intentaremos pensar cómo estos menajes pueden ayudarnos a aprender el difícil arte de asumir la responsabilidad, también para cuando lideramos la Tnua.
Asumir responsabilidad antes.
Paró tiene dos sueños que lo inquietan (siete vacas gordas, devoran siete vacas flacas y siete espigas gordas, comen siete espigas flacas) pero no hay nadie en el palacio que logre interpretarlos. Luego de ser recomendado por el ministro de copas, Yosef es traído frente a Paró para esclarecer el sentido de los mismo. Después de escucharlos, Yosef explica: “Los dos sueños, son en realidad uno sólo. Los próximos serán siete años de gran abundancia en Egipto, más los siete años siguientes serán años muy difíciles”. Yosef comprende el problema que se avecina y no se contenta solo con dar un diagnóstico de la situación. Inmediatamente después de dar su interpretación, se apresura a proponer a Paró una solución para que los años de hambruna no sean fatales. Yosef asume la responsabilidad “antes” de que se presente el problema y elige ser parte activa de la solución. Lo que sucede posteriormente no es menos sorprendente. Paró entiende que no hay nadie cerca suyo que tenga las herramientas con las que cuenta Yosef para administrar el conflicto que han de enfrentar. Y por eso, decide nombrarlo su segunda persona en mando. Sí, a aquel que hasta hace tan solo unas horas era prisionero. Sí, ese joven que tan solo tiene 30 años. Sí, a ese extranjero, que no comparte ni sus mismas creencias ni su fe. Así Yosef, como lo había soñado 13 años antes, llega a ser uno de los lideres mas poderosos de la época.
La relación entre las actitudes de Yosef y lo que promovemos como parte de nuestra concepción filosófica de la educación es sumamente estrecha: El movimiento juvenil es una expresión de independencia adolescente. Constituye una reacción contra lo convencional, expresa una crítica respecto a las situaciones del presente y posee el ansia de corregir y crear una sociedad mejor para el futuro. El movimiento juvenil, responsable de su papel, no se contenta con asumir una posición de crítica estéril: conduce a sus janijim en el sendero de la creatividad y la acción. Esto se traduce en tomar desafíos en un mundo cambiante y dinámico con la responsabilidad que tenemos como entidad educativa y formativa” (Darkenu, pág.18).
Otro elemento que fomenta este tipo de actitudes es la moratoria Tnautit. Con moratoria nos referimos a la posibilidad que nos da la Tnua de aprender a partir de la experiencia. Ahora bien, experiencia no es lo mismo que experimento. Es decir, para aprender de la experiencia y no pagar en la vida real el precio real de nuestros errores, hay un proceso que debemos seguir: primero diagnosticar, en base a ello planificar y luego llevar nuestro plan a cabo prestando atención a las necesidades y cambios del contexto en el que estamos trabajando. Es decir: para usar el beneficio de la moratoria, debemos hacer todo lo que este en nuestras manos para achicar la posibilidad de que surjan problemas o afectemos a Otros. Si después de eso, los problemas vienen, entonces, debemos aprender para el futuro. Esto es intervenir y educar en liderazgo con responsabilidad.
También de la actitud de Paró, hay otro valor sobre el que educamos y que sostiene nuestra visión de liderazgo en la Tnuá: la humildad. Reconocer que el líder no tiene todas las respuestas ni posee la única verdad es un elemento central dentro del marco tnuati, si queremos mantenerlo democrático. Asumir que, al liderar, no siempre contamos con todas las herramientas necesarias y, por ende, se necesita de los Otros para alcanzar las metas establecidas, es un acto de necesaria, profunda y honesta responsabilidad. En Paró, la humildad también se expresa en la actitud de grandeza que muestra al percibir la diferencia con Yosef no como una amenaza, sino, por el contrario, como algo que enriquece a ambas partes y los acerca al éxito.
Educar a nuestros javerim y javerot para que se formen como lideres responsables, que están dispuestos a asumir el riesgo de traer las soluciones incluso cuando los problemas aún no han llegado a nuestra puerta, es una de las misiones mas importantes que tenemos en el proceso de avanzar y construir un mundo mejor.
Asumir responsabilidad durante.
Yosef diagnostica, planifica y llegados los siete primeros años trabaja minuciosamente para administrar los recursos de manera inteligente y eficiente. Con los siete años de hambruna se maneja de la misma manera, logrando convertir a Egipto en un centro fundamental para la supervivencia de todas las personas de la zona. Así es como cuando la crisis llega a Eretz Cnaan, Yaacov pide a sus hijos que viajen a Egipto a comprar trigo.
Este evento desencadena el reencuentro entre Yosef y sus hermanos, aunque ellos aun no lo logren reconocer.
La forma de actuar de Yosef nos deja grandes lecciones para nuestros lideres en la Tnuá. Con él vemos que asumir la responsabilidad de liderar en épocas felices es sumamente importante. En este tiempo es posible avanzar, organizar, reunir recursos y logros, preparar a nuestro tzevet otorgándoles múltiples saberes que le permitan estar listos para potenciar los años de bonanza y aprovechar con inteligencia y sabiduría los años de crisis. Así mismo, asumir la responsabilidad de liderar la Tnua en épocas difíciles es sumamente valioso. Nuestra historia Tnuati nos muestra que es gracias a aquellos que no se rindieron y continuaron perseverando incluso en las épocas mas oscuras (Shoa, dictaduras en la diáspora, pandemias, guerras en Israel), que hemos podido llegar a momentos de profundo éxito, entre ellos, nuestro primer cumpleaños número 100.
Asumir responsabilidad después.
A pesar de haber pasado 13 años, Yosef reconoce rápidamente a sus hermanos cuando estos se presentan ante él para comprar alimentos. Ante el inesperado reencuentro se pregunta a si mismo si es que algo ha cambiado en ellos, si sienten lo mismo que antes, si se arrepienten de algo, si pudieran volver el tiempo atrás si actuarían de la misma manera como lo hicieron años atrás. Yosef llora varias veces en esta Parasha, y si bien hay muchos interrogantes y sensaciones encontradas en su corazón, no se anima a preguntar. En su lugar, pone a sus hermanos en una situación similar a la que pasaron juntos y espera ver su reacción. Para su sorpresa, ellos asumen la responsabilidad y se lamentan de haber dejado a Yosef llorar solo en un pozo profundo y oscuro. Desde aquí Yosef preparará un plan para revelar su identidad a sus hermanos y reconciliarse con ellos.
Asumir el liderazgo no es tarea sencilla. Como es sabido, quien hace, generalmente tiene mas probabilidades de equivocarse que aquel que elige no actuar por miedo a que las cosas no salgan como se espera o desea. Incluso teniendo las mejores intenciones, a veces herimos a quienes más queremos en el afán de alcanzar ese sueño que vimos con tanta claridad en algún momento. Pero parte de ser un líder responsable es asumir cuando no fuimos precisos en nuestro accionar, es reconocer que hay cosas que tal vez, tendríamos que haber hecho diferente porque así, probablemente, el curso de la historia hubiese sido mejor, o más feliz, o más sano. Asumir la responsabilidad, supone, identificar cuando nos equivocamos y prometernos a nosotros mismos hacer todos nuestros esfuerzos para evitar que esto vuelva a suceder en el futuro. Para eso se necesita una educación que fomente valores como ética, humildad, verdad, coherencia, integridad, honestidad, entre otros. Se necesita una plataforma que nos ayude a poner en práctica cada uno de estos conceptos. Se necesita una Tnua en la que podamos practicar poner en juego su ADN tnuati rico en valores morales como brújula ultimativa en aquellos momentos de incertidumbre, cuando no tenemos claro cuál es el mejor camino a seguir.
A modo de conclusión.
En este artículo vimos cómo asumir responsabilidad es un elemento indispensable en la formación de los lideres del futuro. Vimos que asumir la responsabilidad no siempre es sencillo. Se necesitan múltiples saberes, habilidades y destrezas que no necesariamente las tenemos desde que nacemos, sino que hemos de aprenderlas con el tiempo. Y vimos también, lo afortunados que somos de contar con un marco educativo como la Tnua, que nos enseña a ser lo suficientemente fuertes y valientes para, a pesar de todo, elegir aprender el difícil pero importantísimo arte de asumir la responsabilidad, antes, durante y también después.