Por: Romi Morales
Muchas personas invierten en comprar acciones de grandes empresas para tener rédito económico. Entender y actuar con rapidez ante los cambios del mercado son estrategias básicas que aumentan las posibilidades de éxito de la inversión. Pero: ¿Qué estrategias nos conviene usar para asegurar el éxito de la inversión educativa en la Tnua? Si cada peula es una inversión: ¿Cómo podemos garantizar que las peulot de hoy construirán el futuro que soñamos para el Ken, Kehilot y Am Israel? Te invito a ver algunos puntos de Parashat Vaietzé que pueden ayudarnos a responder esta pregunta.
Invertir con los pies en la tierra y mirando al cielo.
Yaacov huye de Esav. Cansado en el camino a Harán, apoya la cabeza sobre una piedra y se queda dormido. Ahí sueña con una escalera que conecta la tierra y el cielo, de la cuál suben y bajan ángeles.
Muchos interpretaron el significado de la escalera. Para nosotros la misma es una metáfora que invita a hablar de conexión entre teoría y práctica, utopía y verdad, pasado, presente y futuro, Israel y la Diáspora, etc. Por eso esta analogía, está tan relacionada con la Tnua. Como sabemos, todo acto educativo se basa en un sueño que deseamos hacer realidad para nuestros janijim y janijot. Sin embargo, para que éste sea realizable, debe estar anclado en la realidad. Identificar nuestro punto de partida permite planificar el ciclo tnuati con responsabilidad y propósito. Así nuestros javerim podrán crecer y desarrollar el potencial que los llevará a sus propias cimas, mientras transitan su pasaje por la Tnua, pasaje que los conecta con sus raíces y su identidad judeo-sionista.
Invertir siguiendo las corazonadas.
Luego de despertar, Yaacov sigue camino hasta llegar a Harán. Allí se encuentra por primera vez con Rajel, el gran amor de su vida. Para que ella sea su esposa, Yaacov acuerda trabajar para Labán, su padre, 7 años. Yaacov tiene la corazonada de que Labán no cumplirá con su palabra, por eso, detalla con claridad que, el arreglo refiere a su hija, Rajel, la menor. Si bien Yaacov intenta limitar la posibilidad de que algo salga mal, aun así, Labán se sale con la suya: entrega primero como esposa a Lea, su hija mayor, y promete a Yaacov que sólo dará a Rajel luego de que él trabaje otros 7 años. Yaacov accede, y recién luego de este tiempo se casa finalmente con Rajel.
También en el acto educativo, es importante estar atentos a los mensajes que manda el corazón. A veces la intuición funciona como una brújula que ayuda a prestar atención a aquellos detalles que, si son tomados en cuenta a tiempo, pueden cambiar drásticamente el rumbo de los eventos. A veces, la intuición pide prestar atención a ciertos puntos en los que nuestra presencia es necesaria y urgente, aunque no sea algo que nos está oficialmente establecido. La intuición es la herramienta que tenemos para oír lo que dicen nuestros janijim y janijot, incluso si aún no han usado las palabras.
Inversión a largo plazo: Invertir tiempo, a veces, vale mucho más que el dinero.
Yaacov desde un principio supo que quería formar una familia con Rajel y por ello trabajó 14 años. En ese tiempo, Yaacov tuvo hijos con Lea (7), Zilpa (2), Bilha (2) y Rajel (1) y se sumaron otros 6 duros años más de trabajo hasta que Yaacov y su familia decidieron regresar a Cnaan. Si bien tomó tiempo, cuando finalmente salieron de la casa de Labán, Yaacov vio el fruto del trabajo, esfuerzo y dedicación de los últimos 20 años: una gran familia, símbolo de continuidad y vivo legado.
También nosotros, al educar en la Tnua, invertimos nuestro recurso más valioso: el tiempo. El impacto de nuestra inversión no siempre es inmediato, pero eso no significa que no inspiremos. Perseverar, incluso en tiempos difíciles, es la clave para dejar una huella duradera en La Tnua.
Invertir, pero con límites.
Yaacov trabajó incansablemente durante años en casa de su tío. Sin embargo, los constantes engaños de Labán lo llevaron a tomar la decisión de regresar a casa. Intentando evitar que lo detengan, Yaacov salió con su familia sin avisar a Labán. Cuando éste se dio cuenta, persiguió a Yaacov y luego de tres días lo alcanzó y lo detuvo. Luego de dialogar, Yaacov y Labán llegan a un acuerdo que establece límites claros para ambos. Esto les permitió comportarse con respeto y crear una relación suficientemente saludable para que ambos puedan crecer y seguir adelante en sus propios caminos.
También en los marcos educativos, establecer límites es una herramienta fundamental para asegurar una convivencia normativa entre los miembros de nuestra kvutza. Especialmente en aquellos grupos donde las diferencias entre las personas que componen al grupo son demasiado marcadas, es importante que se habiliten acuerdos colectivos que aseguren que el grupo seguirá siendo y funcionando como un espacio seguro en el que no existe abuso o acoso de ni hacia nadie. Nuestro rol como educadores es garantizar un ambiente libre de violencias donde las personas puedan aprender y crecer, un lugar a donde quieran llegar y donde deseen quedarse.
Invertir en acciones conectadas a nuestras raíces.
Cuando la relación con Labán se deterioró, Yaakov decidió regresar a sus raíces. Si bien pudo haberse establecido en cualquier lugar, eligió ir a aquel que lo conectaba con su identidad y su propósito. A pesar del riesgo que suponía volver a dónde se encontraba Esav, decidió arriesgarse e invertir allí. Tal vez por eso, allí gana el privilegio de pasar a la posteridad como el tercero de nuestros patriarcas.
Invertir en educación en el marco de la Tnuá significa asegurar en el presente la profunda conexión de nuestros janijim con sus raíces, y a su vez, asegurar que cada peula, sea una apuesta a la transmisión de la milenaria herencia de valores, tradiciones y costumbres que nos caracteriza como pueblo para garantizar su continuidad.
En conclusión
La Parashá Vaietzé nos enseña que las inversiones más valiosas no son materiales, sino humanas. Yaakov nos impulsa a alcanzar nuestros más altos ideales y nos inspira a soñar mirando el cielo mientras construimos pacientemente con los pies en la tierra, estableciendo los límites que protegen lo que más importante que tenemos: las próximas generaciones.
Como madrijim y madrijot, tenemos el privilegio y la responsabilidad de construir los peldaños de esa escalera con amor, profesionalismo y visión. En la Tnuá elegimos invertir en educar, pues sabemos que el futuro de Am Israel comienza con las acciones que hacemos hoy.
Y tú, ¿en qué vas a invertir hoy para asegurar el éxito a futuro?